Medio Oriente, por Martha Meier M.Q.
Medio Oriente, por Martha Meier M.Q.
Redacción EC

Algo bueno supuestamente ocurrió mientras dormíamos. Hasta anoche el ejército israelí había aceptado una tregua de doce horas en sus combates contra los terroristas de Hamas (Movimiento de Resistencia Islámico), en la Franja de Gaza (de 8 a.m. a 5 p.m., hora de esa zona). Eso quiere decir que desde nuestra medianoche y hasta el mediodía de hoy, los palestinos e israelitas gozaron de un ratito de paz, o algo parecido. El 8 de julio Israel lanzó su brutal ofensiva militar y unas 900 personas han muerto, la mayor parte de ellas civiles. Como en toda guerra los que se llevan la peor parte son los que nada tienen que ver. Para los peruanos todo esto no es una noticia más porque miles de nuestros compatriotas son descendientes de palestinos y otros tantos pertenecen a la comunidad judía.

Lo que ocurre en medio oriente sirve para recordarnos que, en realidad, nunca ha existido paz sobre la Tierra. No nos engañemos, las guerras no han cesado jamás desde que el hombre apareció sobre el planeta. La historia de la humanidad está construida sobre cadáveres y escrita con ríos y ríos de sangre inocente.

Diversos analistas concluyen que este terrible enfrentamiento no servirá para nada y que al grupo terrorista islámico Hamas  no le quedará más que seguir colocando a palestinos civiles como escudos humanos para justificar la supuesta injusticia y maldad que contra ellos perpetra Israel. Y esas víctimas civiles tienen la finalidad de echar sal sobre heridas que cada vez están más abiertas y que llevarán a las nuevas generaciones palestinas a radicalizarse aún más, tanto en la Franja de Gaza como en Cisjordania ¿Le conviene esa situación a Israel? No. ¿A quién puede servirle algo así? Pues solo a los terroristas y el peligro es que ese grupo se está fortaleciendo mientras que Mahmud Abás, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), pierde representatividad a pasos agigantados.

Israel se está ganando el repudio de la comunidad internacional (y ni qué decir de los países musulmanes) por las imágenes de las masacres que vemos, día a día, por la televisión. Y es que aquí, como en todo, hay partes de la historia que no están siendo bien narradas. No hay referencias, por ejemplo, a los esfuerzos del ejército israelita para evitar muertes de civiles, enviando comunicaciones y hasta llamando por teléfono, para adelantar información sobre  las zonas que serán atacadas. Hamas hace caso omiso a esas informaciones pues necesitan justificar sus acciones con más muertos civiles. Doloroso, pero cierto.

Es fácil satanizar a Israel, pero su ofensiva era imprescindible para detener el incesante bombardeo de misiles desde Gaza, por Hamas. Israel necesita debilitar al grupo terrorista que quiere borrar del mapa al Estado judío. El protagonismo de los terroristas islámicos distorsiona las reivindicaciones palestinas. Eso es lo que tenemos que entender.