CECILIA VALENZUELA
Periodista
Desde uno y otro lado, distintos editorialistas nos sugieren que aceptemos que es Nadine la que manda. Que aunque la Constitución y la ley no le otorgan mandato a la esposa del que salió elegido presidente, aceptemos que sea ella quien tome las decisiones en nuestro país.
El más claro ha sido Augusto Álvarez Rodrich. “Mejor entender las cosas como son, aunque no estén bien”, dijo el último domingo.
Los líderes empresariales también lo habrían asumido así; en la medida en que los ministerios de los sectores productivos estén en manos de técnicos capaces, nosotros estamos dispuestos a hacernos de la vista gorda, parecen decir; si ella es la garante del modelo económico, vaya y pase.
¡Qué error tan grande!
La garantía del modelo económico liberal es la institucionalidad política. Cualquier medida otorgada en un limbo legal será revisada, definitivamente, en un próximo gobierno. Mientras tanto, todo vuelve atrás.
¡Pero si ya nos ha pasado!
Hace 14 años vimos detenerse el país. Y mientras se reordenaba el Estado, también vimos a peruanos valiosos y, seguramente, bien intencionados, humillados en juicios engorrosos, respondiendo en los tribunales, o pasando al retiro de manera anticipada porque habían perdido el liderazgo entre sus trabajadores.
Todo por el error de caer en el pragmatismo. De creer que el fin justifica los medios, de creer que hay que adaptarse a lo que no está bien.
El que aligera los trámites usurpando poder no lo hace por convicción; lo hace motivado por sus propios planes, para alcanzar sus propios objetivos.
El que ejerce el poder sin responsabilidad se vuelve veleidoso. Aprende a moverse por encima de la ley, a hacer cualquier cosa a cambio de concretar sus aspiraciones.
Montesinos tenía un plan. Guardando las distancias, Nadine Heredia tiene el suyo.
Hace más de un año se vienen organizando movimientos regionales nacionalistas en el país. Por ejemplo, el de San Martín se llama RIO; el de Huánuco, Cuenta Conmigo y está a cargo de Elsa Malpartida. En Apurímac es Somos el Cambio y lo dirige Edwards Quiroga.
Fuentes bien informadas sostienen que si sus aspiraciones se concretan, a fines del 2015 los propulsores de estos movimientos, aparentemente regionales, le pedirían al Jurado Nacional de Elecciones, con un montón de firmas en la mano, que permita la candidatura de Nadine Heredia.
Si eso prospera, se unificarán para dar nacimiento al Movimiento Regional Nacionalista, cuyas siglas alumbrarán a Morena, el nombre del movimiento con el que la esposa de Ollanta Humala postularía a la presidencia de la República. Las mismas fuentes afirman que se trata de un proyecto de largo plazo, que, como el ALBA, intentará refrescar a la izquierda castrista en toda América Latina. De hecho, Andrés Manuel López Obrador, el dirigente de la izquierda mexicana ha lanzado ya su Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, al final de cuentas, el mismo nombre.