Las elecciones regionales de este año han roto algunos mitos que nuestra célebre opinología insiste en repetir con sesgo o sin sustento. Primero, se dice que los partidos nacionales son los “grandes perdedores” (mismo titular desde 1990). Sin embargo, desde el 2002 no ha habido mejor resultado electoral para nuestro sistema partidario subnacional que el de este año. Es más, podríamos decir que nuestro sistema de partidos está en renovación y que la debilidad de los más tradicionales (Apra y PPC) ha sido capitalizada por organizaciones formadas luego del colapso partidario: Fuerza Popular (FP) y Alianza para el Progreso (APP).
La victoria de FP en tres regiones (Ica, San Martín y Pasco) y en la capital provincial cajamarquina rompe un segundo mito: la supuesta causa monotemática del fujimorismo. ¿Cree usted que el iqueño, el tarapotino y el pasqueño que votaron naranja lo hicieron como endoso al ex presidente condenado o en búsqueda de un porvenir mejor para su región? Keiko Fujimori (KF) sale del entrampamiento del debate impuesto por sus opositores (“albertistas” vs. “keikistas”) al concentrarse en la formación de un partido clásico, basado en la identidad. No existe mayor contribución a la institucionalización política que generar lealtades que jueguen dentro del sistema y, hasta ahora, KF parece hacerlo. Así, un tercer mito cae: la otrora fuerza autoritaria, corrompida y anti-establishment fortalece el juego democrático con militancia y participación regional. Quizás algunos esperamos en vano “hojas de rutas democráticas”; parece que el fujimorismo no las necesita.
El triunfo de Alianza para el Progreso en dos regiones (La Libertad y Lambayeque), 18 provincias (cuatro de ellas capitales departamentales) y 132 distritos, rompe el mito de la exclusiva dependencia del personalismo en torno a César Acuña. Aquí hay algo más que una universidad-empresa como sustituto partidario: APP parece sintonizar con una cultura aspiracional de ciudad intermedia, una suerte de PPKausas de Huanchaco. Aunque todavía APP está a medio camino entre el partido regional (un Frenatraca new age) y el nacional. Presenta candidaturas en todo el territorio, pero no gana en el sur ni intentando “resucitar” a viejos conocidos como Carlos Cuaresma (Cusco) o Luis Barra (Apurímac).
Quinto mito: “Las elecciones regionales no tienen nada que ver con las presidenciales”. ¡Ja! ¿Sabe que KF en el 2011 arrasó precisamente en las mismas regiones donde sus partidarios ganaron la segunda vuelta el domingo último?¿Sabe que FP y APP son más competitivos justo en el “ex” norte aprista, zona más afín a la lógica partidaria que al ‘outsider’ radical? ¿Se ha percatado de que en el telúrico sur prima el caos organizativo y no se fortalece ningún movimiento, siquiera regional?
Reorganizar un sistema de partidos no es fácil. Quizás no logre nunca institucionalizarse uno en el Perú. Empero, paradójicamente han sido las fuerzas que menos agradan a la corrección política intelectual las que más pugnan por conquistar las mentes y los corazones de los peruanos. Hoy, APP y FP son los partidos nacionales más funcionales. ¿O acaso usted creía que estamos en Suecia?