“El modelo no ha mostrado ser superior en lucha anticorrupción”

En entrevista en vivo con El Comercio, Carlos Meléndez comentó su última columna () en la que afirma que la proliferación de la corrupción en el Perú  se debe a la desidia que los gobernantes de los últimos 20 años –lo que él denomina 'la derecha tecnocrática'– han tenido respecto a la construcción de instituciones fuertes y políticas anticorrupción.

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Preguntado sobre si eso significaba que la corrupción fuera ideológica o inherente a un modelo económico, Meléndez respondió negativamente, aunque incidió en la responsabilidad de las administraciones que sucedieron a los gobiernos estatistas por no combatir la corrupción: “La derecha –sostiene Meléndez– se vendió como superior en ese sentido. La derecha dijo: ‘aquí vamos a solucionar todos los problemas de crecimiento económico que hay en el país’. Pero no hizo absolutamente nada en tema de lucha contra la corrupción”.

–Las debilidades–

El académico de la Universidad Diego Portales de Santiago de Chile criticó algunas características “ideológicas” que atribuyó al modelo de mercado. “El debilitamiento de los entes reguladores, que tiene que ver esencialmente con el modelo tecnocrático, crea espacios para prácticas informales”, afirmó. Incluyó también a las Asociaciones Público-Privadas (APP) y las adendas a los contratos de concesión que, para él, “atentan contra la competitividad de las inversiones”.

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El editor central de Opinión de El Comercio, Andrés Calderón, sin embargo, le recordó que el origen de los organismos reguladores se dio con el cambio hacia un modelo de mercado. Frente a ello, Meléndez respondió que, aun así, faltaban las armas institucionales para contrarrestar y combatir los embates de la corrupción. Cuestionó “la tolerancia a las puertas giratorias, donde hay funcionarios públicos que al día siguiente se convierten en lobistas y al día siguiente en gestores”.

–El desmedro por la política–

Por otro lado, para Carlos Meléndez, la tecnocracia ha desdeñado a los políticos y los ha relegado a un segundo plano, lejos de los sectores encargados de las tomas de decisiones estatales.

“Deberíamos tener políticos profesionales. Nuestros políticos son ‘amateurs’, vienen de la tecnocracia, de las fuerzas armadas, de la academia”, enfatiza. Y agrega que existe una necesidad de un ‘shock institucional’ y de un Estado compuesto por ‘tecnócratas políticos’ que “diseñen instituciones, políticas, regulaciones”.

[Esta corrupción no es tecnocrática, por Jaime de Althaus]

Finalmente, Meléndez mencionó algunos puntos que el gobierno actual está omitiendo y a los que debería prestar más atención para legitimar la imagen de la tecnocracia: el replanteamiento de la descentralización, la modificación de la ley de partidos políticos y la revisión de la política de ‘puertas giratorias’ que, asegura, ha permitido que los ‘lobbies’ y la ‘gestión de intereses’ actúen con impunidad en el aparato estatal. 

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