¿Cómo se puede sostener un país cuando las autoridades han renunciado a ejercer sus obligaciones? Los ministros del gobierno de Dina Boluarte han decidido convertirse en inimputables. Esto es, en personas que son eximidas de responsabilidad por no poder comprender la ilicitud de un hecho o por actuar conforme a dicha comprensión; es decir, sobre la base de la absoluta ignorancia. Tomemos como ejemplo al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC).
Córpac es una empresa del Estado que tiene el monopolio de los servicios de aeronavegación. Como sucede en todas las empresas públicas, nadie rinde cuentas, los recursos desaparecen, las condiciones de los trabajadores son privilegiadas y la calidad del servicio es muy mala. ¿Cómo entendemos que el ministro ceda ante la presión de los operadores aéreos que pueden poner en riesgo la vida de millones de personas que viajan por los aeropuertos del Perú? Recordemos que el 18 de noviembre del 2022, producto de una serie de negligencias, se produjo un accidente cuando un controlador aéreo autorizó a un camión de bomberos a que realizara ejercicios en la pista de aterrizaje en el momento en que un avión despegaba. Tres bomberos aeronáuticos perdieron la vida, mientras en la torre de control de Córpac los responsables del aeropuerto más importante del Perú se coludían para mentir y cubrirse las espaldas. ¿Qué sucedió con ellos? Siguen trabajando en Córpac. El MTC permite que los controladores aéreos trabajen y cobren horas extras, con la excusa de que no hay suficiente personal, pero son ellos mismos los que limitan el ingreso de nuevo personal.
El sistema de control aéreo que permite conocer los movimientos de todos los aviones que despegan, aterrizan y vuelan por el Perú está por colapsar. Hace más de un año que los sistemas no tienen las garantías del proveedor ni supervisión técnica. Esta situación ha llevado a que se hayan reportado diversos problemas e incluso el apagón total del sistema, perdiéndose visibilidad sobre el tráfico aéreo. Así, las operaciones se quedan a ciegas y deben manejar el tráfico aéreo por radiofrecuencia y con protocolos visuales. Pero la mitad de las estaciones de comunicación satelital, que es vital para la transmisión de información entre controladores y aeronaves, está fuera de servicio. Y ni qué decir de las condiciones de los aeropuertos que administra Córpac, como, por ejemplo, el de Jauja.
¿Qué hacemos cuando, nuevamente, el MTC cede ante la presión de las mafias del transporte público y propone entregar 72 rutas de transporte nacional e interregional a los colectiveros? Esto, luego de que varios grupos de inspectores de la Sutrán fueron atacados en diversas regiones por grupos de transportistas en represalia por los operativos contra la informalidad. En Lima, los taxis colectivos y las combis están de regreso, la flota de 300 buses del Metropolitano está llegando al final de su vida útil y la ATU no sabe, no opina.
Los peruanos creemos equivocadamente que la política no nos afecta, que mientras más alejados estemos, mejor. Y, sin embargo, la política tiene un impacto directo en la calidad de vida de cada uno de nosotros. Para bien o para mal.