La mañana del jueves Twitter amaneció molesto. El rumor de que el Congreso negaría el voto de confianza al gabinete Bermúdez se extendía sin mayor evidencia que el peso de los antecedentes. El runrún se inicia el día anterior con el cambio de ministro del Interior, que se decía era un chantaje del Congreso al Ejecutivo. El cambio habría sido más prudencia y control de daños que chantaje, pero una serie de declaraciones hacían creíble la versión. El malestar se sumaba a la crítica de días anteriores por la intención del Congreso de hacer reformas impopulares que favorezcan la carrera política de los congresistas.
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