Del 2005 al 2012 las noticias que salían del Vraem eran las emboscadas a las patrullas militares, los ataques frontales a las bases contraterroristas y los sabotajes dinamiteros a los campamentos de las empresas privadas; es decir, durante siete años el grupo terrorista era la principal fuerza fáctica que mantenía en jaque permanente a las Fuerzas Armadas (FF.AA.) y a la Policía Nacional (PNP). Es más, después del segundo secuestro de los trabajadores del gas de Camisea (abril del 2012), escalaron su nivel de peligrosidad hasta convertirse en una real amenaza a la seguridad nacional.
En esos años la opinión generalizada de los peruanos era que la guerra contra el grupo terrorista se estaba perdiendo por una aplastante goleada. En este contexto entró en escena la Brigada Especial de Inteligencia del Vraem, integrado por agentes especializados de la PNP y por fuerzas de élite de las FF.AA. Debemos reconocer que en menos de dos años de operaciones han conseguido revertir la situación de derrota a la de ofensiva permanente.
En efecto, a la muerte –en limpio combate– de ‘Guillermo’, ‘Gabriel’ y ‘Alipio’, terroristas que integraban el comité central del llamado ‘militarizado Partido Comunista del Perú’, ahora estamos observando incursiones quirúrgicas de la Brigada Especial a los campamentos terroristas tanto en el Ene como en el alto y bajo Urubamba. Se están destruyendo ‘caletas’ terroristas y rescatando a niños secuestrados que recibían adoctrinamiento militar e ideológico para integrarse a las filas senderistas.
Y lo más importante de este nuevo escenario son los recientes golpes contra la columna terrorista de ‘Renán’ que opera en el estratégico distrito de Echarate (La Convención-Cusco), desde donde amenaza con destruir las instalaciones del gas de Camisea. En la emboscada del pasado mes de junio fueron abatidos tres cuadros senderistas y se recuperó la potente ametralladora PKT, con la que hostigaban a las bases militares y a los helicópteros en vuelo. También destruyeron un importante almacén con material de guerra y logística. Estas acciones hacen suponer que se está avanzando en el urgente trabajo de recuperar esta zona vital (el gasoducto cruza todo el mencionado distrito).
‘Renán’ con su columna debilitada permanece en algún punto de las montañas del Alto Urubamba recuperándose del susto y preguntándose si el traidor sigue cerca de él. Es posible que intente responder con alguna acción mediática para mantener su vigencia y no se le escapen los cupos de los narcotraficantes y de las pequeñas, medianas y grandes empresas que operan en esa parte del país.
Es absolutamente importante consolidar este trabajo. Para ello, además de poner a ‘Renán’ bajo tierra o tras las rejas, se debe cortar la ruta de la droga que alimenta a los narcoaeropuertos ubicados en las comunidades nativas de Echarate y del Bajo Urubamba que hacen vuelos directos al Brasil. Hace tiempo que Cusco se ha convertido en la segunda región con más coca articulada al narcotráfico.
En conclusión, las condiciones de seguridad, respecto a la amenaza terrorista, están mejorando significativamente en toda la provincia de La Convención. Sin embargo, aún con lo avanzado, todavía no se podría garantizar, por ejemplo, la construcción de nuevos gasoductos, como el recientemente licitado.