La desaceleración de la economía no es ‘peccata minuta’ o poca cosa. Delfín, buen guardián de construcción civil, honrado, no contaminado por la mafia enquistada en el sector, no encuentra trabajo hace tres meses. No le ocurría antes. Pero su contratista no enganchó con otros proyectos, y a los que consulta le dicen lo mismo: ha bajado, se ha parado.
Rebeca, comerciante de Gamarra, también siente el problema. Y si le suma el supuesto fenómeno de El Niño, es la adversidad al cuadrado. Ya los pesqueros, medianos y grandes, están pidiendo que se incluya al sector anchovetero en las medidas de reactivación de la inversión privada, anunciadas por el Gobierno. No sabemos si así será.
En las regiones la reducción presupuestal es de 30% para las que tienen canon o no. Piense que si gana S/.3.000, y le reducen 900, cómo quedaría su economía. El Ejecutivo coloca sus explicaciones en lo que ocurre en la economía mundial. Los analistas observan, sin embargo, que la desconfianza se apoderó de los agentes económicos y que el crecimiento del PBI para el 2014 será ‘misio’ frente a años anteriores, llegando al 4,4%. En medio de la inestabilidad mundial, el guarismo no está mal, pero podría ser mejor. El Gobierno se durmió, sea porque se abocó a la ‘reelección conyugal’, un factor que no debemos dejar de lado, o porque –como se dice y observa– hay en el Ejecutivo un desafinamiento sostenido.
Las anunciadas medidas aún no las explica el presidente, quien se supone hará el anuncio, pero el titular de Economía adelanta por ‘puchos’ el paquete, y de lo que sabemos hay un perdón tributario a los deudores contumaces. La medida ha sido criticada (se dice que tendrá poco impacto y que es una medallita al evasor), cosa natural. Pero uno se pregunta con quién se ha conversado, debatido, consultado, escuchado este nuevo paquete.
El Congreso tendrá vela en el asunto. Habrá que coordinar con la presidenta del nacionalismo para que sirva de correa de transmisión entre Ejecutivo y Legislativo. No sabemos si bailará al ritmo deseado. Pero hay preocupación dentro del régimen por la situación económica. Se sabe que el Consejo de Ministros del miércoles pasado fue crispado porque se endilgaron responsabilidades a ministros que hicieron amago de renuncia ante ello.
Y el crecimiento del PBI proyectado ahí fue magro. Esto nos lleva al cuento de si hay coordinación, liderazgo, conducción en el Gobierno.
El titular de Economía se pregunta de dónde viene la desconfianza. Si tenemos los ojos abiertos veremos que hay una turbulencia política tremebunda. Y es de todos contra todos. La avalancha anticorrupción frente a los gobiernos regionales no sirvió para mejorar la imagen del Gobierno. Más bien refregó a los ciudadanos que a la contraloría se le pasan las tortugas, que el Poder Judicial y la fiscalía son aliados de la corrupción. De la Policía ni se diga. Su participación en el clan de la ‘Tía Vicki’ es vergonzosa. Y el anuncio de los policías que trabajarán a tiempo completo aún no se concreta. Desgobierno y desconcierto.