Mariza Zapata

Los acontecimientos, para que se conviertan luego en , deben tener ciertos valores relacionados con el interés, la importancia y la actualidad, pero hemos etiquetado estos valores en hechos vinculados a la violencia, agresiones, insultos o actos fuera de la legalidad. Son importantes porque tienen impacto o porque responden a estrategias para ganar más audiencias. Obtengo un buen título acompañado de un preciso ángulo fotográfico y ya capté la atención de los lectores. Los medios muestran una cara realista del mundo, pero esta se representa en su mayoría desde el lado negativo, y hay que tener en cuenta que mirarlo desde esa perspectiva influye en el comportamiento de las personas. No olvidemos que uno de los niveles de la teoría de la ‘agenda setting’ estudiado por Maxwell McCombs y Donald Shaw afirma que los medios de comunicación, a través de sus contenidos, nos dicen qué pensar.

Precisamente, el último informe del Instituto Reuters, “, medios y tecnología: tendencias y predicciones para el 2024″, advierte de los peligros combinados que presentan la evasión selectiva de noticias y la fatiga informativa en las coberturas sobre las guerras en Gaza y Ucrania, los efectos del cambio climático, entre otros. Hay una preocupación (72%) entre los medios por la reacción de las audiencias “en torno a estos asuntos relevantes, pero a menudo deprimentes”. Las estrategias consideradas para contrarrestar estas tendencias, detallan las conclusiones del estudio, incluyen explicar mejor los asuntos complejos, elegir enfoques narrativos más constructivos u orientados a soluciones, y difundir historias humanas más inspiradoras.

Volver a las buenas noticias es un plan eficaz. Ellas cumplen con todos los valores de noticiabilidad como la novedad, proximidad, impacto, etc., y su difusión, siguiendo la línea de investigación de McCombs, nos puede llevar a pensar en hechos vinculados directamente con nuestras emociones y gratificaciones. No es lo mismo informar, en ese afán de conectarnos con la sociedad, acerca de los problemas que pasan las personas con discapacidad auditiva, que difundir una noticia sobre el lanzamiento del primer diccionario virtual bilingüe peruano de lenguaje de señas elaborado por alumnos de la PUCP, por ejemplo. La historia forma parte de nuestra vida cotidiana y afecta a los lectores.

En la práctica periodística se la llama también periodismo de soluciones, en la que no solo se describen y resaltan los problemas en los reportajes, sino también se plantea las formas y métodos para resolverlos, con la misma rigurosidad y técnicas de verificación en ambos casos. Otros le dicen periodismo constructivo, en el que se tiene en cuenta la perspectiva y la interpretación dada a las historias, por ejemplo, destacando las fortalezas y la valentía de las personas, de los grupos sociales y su capacidad de resiliencia. Es, en suma, la información cuya meta es dejar de ofrecer datos circunscritos al acontecimiento, para ofrecer respuestas y orientación; es decir, pasar de la acción a la reacción, afirma la profesora española María Pilar Diezhandino al hacer referencia al periodismo de servicio.

Las buenas noticias apelan a la psicología positiva estudiada por Martín Seligman. Historias periodísticas que entusiasmen a las audiencias, sentimientos de bienestar, de honestidad, de esperanza y optimismo que generen empatía. Se establece, por lo tanto, otro tipo de vínculo con los lectores. Recordemos la frase, vigente hasta ahora, de uno de los grandes estudiosos de la comunicación, Walter Lippmann: “Los medios de comunicación son ventanas al inmenso mundo que queda más allá de nuestra experiencia directa”.

Todos los periodistas podemos construir buenas noticias, no hay límites, solo se trata de un cambio de actitud.


*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Mariza Zapata es editora de Contenidos Impresos