Cuando llegué al Perú en el 2010 nadie sabía de qué trataba el ‘mindfulness’. En Alemania, mientras tanto, una asociación de facilitadores de ‘mindfulness’ lograba poco después que los seguros de salud reconocieran su impacto positivo y comenzaran a reembolsar el costo de los cursos que lo impartían, particularmente para casos de ansiedad, ‘burn out’, depresiones y otras indicaciones médicas.
Hoy en día el ‘mindfulness’ se ha convertido en una herramienta fundamental en la educación escolar, ofreciendo un camino hacia el autoconocimiento y la reducción de la ansiedad tanto para estudiantes como para profesores. En un entorno educativo donde las demandas académicas, sociales y emocionales pueden resultar abrumadoras, el ‘mindfulness’ se presenta como una práctica efectiva para que los estudiantes y los docentes desarrollen habilidades de autorregulación, mejoren su bienestar emocional y fortalezcan la calidad de la enseñanza.
El ‘mindfulness’, entendido como la capacidad de centrarse en el presente, permite a los estudiantes desarrollar un mayor conocimiento de ellos mismos en relación con el mundo externo e interno. Esta práctica les ayuda a observar sus pensamientos, emociones y reacciones sin juzgarlas, lo que facilita una sensación de tranquilidad y bienestar. A través de ejercicios de ‘mindfulness’ como la meditación, la respiración consciente o la observación de sus sensaciones físicas, los estudiantes aprenden a identificar patrones de comportamiento y a reconocer cómo responden ante diferentes situaciones.
Este autoconocimiento es crucial en el contexto escolar, donde los estudiantes a menudo enfrentan situaciones estresantes como exámenes, trabajos en grupo o presentaciones. Al practicar ‘mindfulness’, los estudiantes pueden reconocer sus niveles de estrés y ansiedad, y aprender a gestionarlos de manera más efectiva. Esto no solo mejora su bienestar emocional, sino que también contribuye a su éxito académico, ya que, al estar más en sintonía con sus emociones y pensamientos, pueden enfocarse mejor en sus estudios y participar de manera más activa en el aula.
La práctica de ‘mindfulness’ es igualmente importante para los profesores. La enseñanza es una profesión que conlleva un alto nivel de estrés debido a la carga laboral, la responsabilidad de educar a las nuevas generaciones y la necesidad de responder a las diversas necesidades de los estudiantes. A través del ‘mindfulness’ los profesores pueden reducir su propio estrés, lo que no solo mejora su bienestar personal, sino que también tiene un impacto positivo en el ambiente de aprendizaje.
Además, ‘el mindfulness’ ayuda a los profesores a desarrollar una mayor empatía, creatividad, paciencia y comprensión de su impacto entre los alumnos. Al practicarlo regularmente, los docentes pueden conectarse mejor con sus estudiantes, comprendiendo sus desafíos y apoyándolos de manera más efectiva. En consecuencia, al reducir el estrés y promover un estado mental más abierto y relajado, los profesores pueden pensar de manera más innovadora, adaptando sus métodos de enseñanza para hacer el aprendizaje más atractivo y relevante para sus estudiantes y contribuyendo a un ambiente escolar más armonioso.
Incorporar el ‘mindfulness’ en la educación escolar no solo promueve el autoconocimiento y la reducción de la ansiedad entre los estudiantes, sino que también ofrece beneficios cruciales para los profesores. Al reducir el estrés y aumentar la empatía, la creatividad, la paciencia y la comprensión, el ‘mindfulness’ mejora tanto el bienestar de los docentes como la calidad de la enseñanza. En un mundo donde las demandas académicas y sociales son cada vez más exigentes, el ‘mindfulness’ proporciona las herramientas necesarias para que toda la comunidad educativa prospere, haciendo que esta práctica sea una parte integral del currículo escolar.