Fernando Pacheco, con la magia de sus quince años, corre con ilusión adolescente lanzando un grito de victoria. Ha anotado el gol de Perú ante Corea del Sur en Nanjing. Ha anotado el gol de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud. Mientras este delantero busca al técnico Juan José Oré para celebrar con un abrazo, imagino a productores de televisión salivando como si estuvieran ante una deliciosa presa para saciar su apetito por hacer rating.
Ojalá que eso no pase. Gracias totales a estos campeones olímpicos. Gracias pero no. Nunca más miniseries con biografías barnizadas por el fácil oportunismo. Nunca más una producción como los "Jotitas" hecha para inflar lo que no hay ni tampoco montajes desinformados como "Goleadores", donde había más mentira que purita verdad.
Midamos este triunfo de la Sub 15 en su verdadera dimensión. Más allá de los cuestionamientos sobre el nivel competitivo en Nanjing (los triunfos fueron ante Islandia, Honduras, Cabo Verde y Corea del Sur), lo importante aquí es que tenemos una generación que se está acostumbrando a ganar. Eso siempre suma. Hay que felicitar, aplaudir y aterrizar antes que esta victoria nos haga elevarnos hacia la estratósfera del autoengaño.
Tenemos que aprender a manejar los éxitos deportivos para algún día crecer. Todos nos hemos equivocado alguna vez. Nosotros los periodistas cuando abrumamos de gloria prematura a cada Manco y Kukín que aparece en nuestro fútbol. También los hinchas que, con ganas de esquivar la realidad, se entregan al penoso arte de la "venta de humo". Por eso inflamos jugadores y hacemos mucho daño. Mejor cuidemos a estos chicos y a los que seguirán viniendo. Toca sembrar, no destruir.
A estos muchachos de Jota Jota Oré les toca descansar para después seguir entrenando duro y parejo en la Videna. Que se unan al equipo campeón sudamericano Sub 15 (quienes lograron la clasificación a Nanjing) y que armen una competitiva Sub 17. Allí los queremos ver. No en reportajes donde dicen si les gusta la carapulcra o el aji de gallina ni tampoco en homenajes tardíos en Palacio de Gobierno. Dejémoslos tranquilos. Lejos de una “modelito” de TV que busca prensa, lejos de las cámaras carroñeras. Los errores no hay que repetirlos. Ellos se fueron del país en silencio así que ahora no los llenemos de escándalo. Así que ya saben, si Michelle Alexander marco los teléfonos de estos chicos a todos nos toca decir: número equivocado.