No fueron admitidas a debate tres mociones de vacancia contra la presidenta Dina Boluarte. Esto no hace fuerte a su gobierno, pero sí le da un tipo de estabilidad.
El Gobierno cuenta con el apoyo de varias bancadas. Congresistas de estos grupos han defendido a la presidenta en el caso de los Rolex con las más hábiles teorías.
El congresista José Cueto, de Renovación Popular, ha dicho que se trata de un intento de desestabilizar al país. Detrás de esto, según él, está el “eje del mal”: Rusia, Cuba, Venezuela.
La misma línea, aunque menos ‘internacional’, es la de Gustavo Adrianzén, presidente del Consejo de Ministros. El caso de los relojes, declaró, es parte de una “hostilización política contra Dina Boluarte”.
“Hay un grupo de bancadas y de parlamentarios en el Congreso de la República, sostiene, que lo que quieren es la desestabilización, quebrar el Gobierno, quieren el caos”.
¡Como si alguien hubiera puesto los relojes Rolex en la muñeca de la presidente! Como si los relojes, las pulseras de brillantes y los aretes de oro le hubieran sido colocados en las manos y orejas en una operación de espionaje y conspiración.
La presidente mintió varias veces sobre el origen de los relojes. Primero dijo que tenía un Rolex “de antaño”. Contó que era fruto de su trabajo desde los 18 años.
Wilfredo Oscorima, gobernador de Ayacucho, reveló que había regalado el Rolex a Dina Boluarte. Esta corrigió después y dijo que no era un regalo, sino un préstamo. El “préstamo” lo recibió el día de su santo.
Las mociones de vacancia son parte de las competencias congresales. No se debe aceptar una respuesta ante el caso Rolex basada en teorías de la conspiración. Si bien hablar de vacancia es prematuro, el Congreso no puede abandonar su rol fiscalizador.
En el caso de los Rolex hay todavía mucho por investigar y corroborar. Eso es tarea del fiscal de la Nación.
Las detenciones de Nicanor Boluarte y Mateo Castañeda, revertidas anteanoche, revelan procedimientos desprolijos en la primera instancia judicial. La liberación de estos investigados no debe entenderse, sin embargo, como una falta de sustento en la investigación, sino solo como un defecto procesal.
La estabilidad institucional es un objetivo que no debe obtenerse a costa de la justicia. De otra manera, además, Dina Boluarte no hubiera remplazado al número uno de su plancha presidencial. Es la justicia la que nos da estabilidad.