Irma Montes Patiño

La peruana, uno de los pulmones más importantes del planeta, enfrenta una grave amenaza debido a la tala ilegal, la deforestación descontrolada y al cambio de uso del suelo como el cultivo de coca. Esta práctica destructiva pone en riesgo la biodiversidad y el equilibrio ecológico y afecta los medios de vida de las comunidades locales. Sin embargo, existe una solución que puede ayudar a mitigar este problema: la reforestación de la sierra peruana.

Según estimaciones, alrededor de 9 millones de hectáreas de tierras en la región andina podrían ser reforestadas, pero no toda esta superficie está completamente deforestada o degradada en la actualidad. Sin embargo, se considera que tiene un alto potencial para la reforestación y restauración de los ecosistemas forestales nativos de la sierra. Las zonas con mayor potencial de reforestación están en Cajamarca, Cusco, Puno, Apurímac, Ayacucho y Huancavelica, con grandes áreas de tierras erosionadas, deforestadas o con cobertura vegetal degradada.

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En primer lugar, la reforestación de la sierra peruana contribuiría a la conservación de los recursos hídricos. Los bosques actúan como esponjas naturales, reteniendo el agua de lluvia, lo que ayuda a regular el ciclo hidrológico y previene la erosión del suelo. Al restaurar los bosques en las zonas montañosas, se garantiza un suministro constante de agua limpia para las comunidades locales, la agricultura y los ecosistemas circundantes, reduciendo así la necesidad de seguir explotando indiscriminada y desordenadamente los recursos forestales amazónicos.

Los bosques restaurados ofrecen hábitats para una gran variedad de especies de flora y fauna, algunas de las cuales pueden estar en peligro de extinción. Al promover la conservación de estos ecosistemas montañosos, se protege no solo la biodiversidad local, sino también la biodiversidad de la Amazonía, ya que muchas especies migran entre estas regiones. Al incrementar la superficie forestal en las zonas montañosas, se crea un sumidero de carbono natural que contribuye a reducir los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Los árboles absorben dióxido de carbono de la atmósfera y liberan oxígeno, promoviendo así la mitigación del cambio climático al compensar las emisiones de gases de efecto invernadero.

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Los proyectos de reforestación en la sierra pueden generar empleos y fuentes de ingresos alternativos, reduciendo así la dependencia de la tala ilegal y la explotación insostenible de los recursos forestales. Además, los bosques restaurados pueden proporcionar recursos maderables y no maderables, como frutos, hierbas medicinales y productos forestales no madereros. Estas estrategias sostenibles de reforestación implican involucrar a las comunidades locales en el proceso, brindándoles capacitación y recursos adecuados para llevar a cabo la reforestación de manera responsable. Además, se debe seleccionar especies de árboles nativos adaptados a las condiciones locales y promover prácticas de manejo forestal sostenible. Ello contribuirá a la diversificación económica y a mejorar la calidad de vida de las comunidades.

En resumen, la reforestación de la sierra peruana representa una solución integral para proteger la degradación de nuestra Amazonía. Al restaurar los bosques en las zonas montañosas, se puede aliviar la presión sobre los recursos forestales de la Amazonía, conservar los recursos hídricos, mitigar el cambio climático, generar oportunidades económicas sostenibles y proteger la biodiversidad. Es un llamado a la acción para todos los sectores de la sociedad, desde las autoridades gubernamentales hasta las comunidades locales, para unir esfuerzos y trabajar en conjunto hacia un futuro más verde y sostenible.

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