La posible elección de Walter Aduviri en Puno, Zenón Cuevas en Moquegua, Gregorio Santos en Cajamarca y Waldo Ríos en Áncash evidencian la dramática debilidad del Estado Peruano: del Poder Judicial que tiene procesados pero sin sentencia a estos cuatro sujetos; del Poder Legislativo que fue incapaz de modificar las leyes para que nuestro sistema electoral impida que personas que enfrentan cargos de violencia o corrupción accedan a puestos públicos; y del Poder Ejecutivo que no ha sido capaz de predicar los beneficios de la inversión y de atender las necesidades que estas castigadas regiones sufren y que llevan a la gente a votar por los antisistema.
Aduviri incendió el edificio de la Sunat; es un dios para los contrabandistas. Zenón Cuevas lideró el ‘moqueguazo’, tomando como rehenes a oficiales de la Policía Nacional, enfrentando a peruanos contra peruanos porque no quería compartir con los tacneños una parte de su voluminoso canon. Santos no solo ha paralizado y empobrecido aun más Cajamarca, está en la cárcel por corrupción; la contraloría y la fiscalía han demostrado que recibió una cuantiosa coima y el empresario que se la pagó ha confesado cómo y con cuánto sobornó al actual presidente de la región Cajamarca. Waldo Ríos no es otro lote: en el 2000 pasó por la salita del SIN y le cobró al ‘doctor Montesinos’ para convertirse en tránsfuga.
Pero el Estado raquítico que tenemos, al que el despistado presidente Humala acusó de panzón al inicio de su gobierno, no tiene la fuerza para contener a estos bellacos. El triunfo de los antisistema se traducirá en el fracaso del gobierno de Ollanta Humala y Nadine Heredia, pero también en el perjuicio del país y de los peruanos. En el colmo de la improvisación, los Humala han pasado estos años dedicados a enfrentarse a los otros dirigentes políticos; y en Cajamarca, a echarle la culpa a la empresa privada. La pareja presidencial sostuvo en público y en privado que Yanacocha era la responsable de que Conga no vaya. ¿Y qué hicieron ellos al respecto? ¿Qué propusieron para retomar las riendas y cambiar la situación? ¿No sabían que esto iba a arrastrar a otros grandes proyectos como La Granja y Michiquillay?
Consultados por Ipsos Perú, los electores de regiones como Arequipa, La Libertad, Callao o Tumbes refieren que el principal problema de su región es la delincuencia y la falta de seguridad; otros, como los de Áncash o Cusco, dicen que es la corrupción. Pero los de la región Cajamarca sostienen que su principal problema es la contaminación ambiental. El 41% de los cajamarquinos cree en el discurso de Santos y nadie, ni el gobierno ni el nacionalismo que es el partido político que está en el poder ni los otros partidos políticos ni la empresa privada ni la sociedad civil, ha hecho lo necesario para explicarles que es una percepción falsa, levantada por los antimineros.
El desempleo, que es el mal que realmente agobia a esa región, solo es percibido como un problema fundamental por el 36% de los cajamarquinos y la mayoría de ellos vive en la ciudad. Los campesinos, los que viven en ese territorio vasto pero sin agua suficiente para regar, son los más engañados. Es la historia del Perú, siempre pagan los más pobres.