Federico Salazar

La Universidad César Vallejo () avala el . Lo ha hecho, claramente, en el caso de la tesis de maestría del presidente y su esposa, del 2012.

El programa “Panorama” obtuvo la tesis, a pesar de la resistencia de la universidad. Solo la consiguió luego de recurrir al Tribunal de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

La universidad nombró una comisión para determinar si hubo plagio. Verificó la misma tesis que había investigado el referido programa periodístico.

“Panorama” detectó que 54% de la tesis no es original. Todo el marco teórico, además, se constató copiado y no citado.

La Universidad César Vallejo, por su lado, ha declarado que la tesis “mantiene su aporte de originalidad”. El porcentaje de similitud con otros trabajos (no citados), dice, se mantiene dentro de los parámetros admitidos por ellos.

La universidad reconoce 43% de “similitudes”, o sea plagios. Detecta 14 referencias no citadas y 16 citas que no están en la bibliografía. A pesar de eso, la universidad valida la tesis de Castillo y su esposa.

El marco teórico es copiado. El 43% de textos (según la UCV) ha sido robado a otros autores. Referencias no citadas representan otro escamoteo a la autoría ajena. Dieciséis citas no consignadas en la bibliografía señalan el copiado de citas desde otros trabajos.

Los copiadores no se han dado el trabajo ni siquiera de buscar el origen de las citas provenientes de otros textos. Es probable que el trasplante de citas lo haya hecho un tercero y que no haya sido revisado por los tesistas.

Difícilmente la universidad podría haber negado validez a la tesis. Se habría confesado como negociante de títulos sin aval. Algo parecido al delito de receptación, en derechos de propiedad intelectual.

La Universidad César Vallejo demuestra con este caso que sus estándares no son universitarios. Cualquier bachiller o magíster de la UCV tendrá que cargar ahora con el altísimo costo que representa este reconocimiento de su alma mater.

El grado de magíster de la UCV pasa a valer nada. ¿Quién, en su sano juicio, va a querer contratar a alguien que muestre entre sus documentos grados académicos de la UCV?

La UCV y los tesistas plagiadores están unidos en este presunto delito. Ni la universidad ni los “autores” han querido publicar la tesis.

Si el trabajo de Castillo y su esposa fuera un documento académico valedero, ¿por qué no publicarlo?

Para defenderse, el mandatario ataca a la libertad de prensa y expresión. Para él la información sobre la misma “se presta a intereses particulares y antidemocráticos”. Debería, más bien, publicar su tesis.

Esta es la verdadera posición del presidente Castillo. Es un enemigo declarado de la libertad de información. Si tuviera el poder de hacerlo, la liquidaría.

El presidente, además, miente con facilidad. “No he copiado ni [me he] adjudicado autoría de terceros”, señaló en un comunicado de la Presidencia.

El texto de la tesis es una prueba definitiva. No hay, como sostiene Castillo, “un plan desestabilizador”. El único que crea inestabilidad es él mismo. Publicar el documento escondido resolvería si es verdad o mentira lo que dice.

No se trata de una mentira pequeña. Y la estaría sosteniendo desde el 2012.

Federico Salazar Periodista