“Saqueo: ¡Queremos más Adidas!”, por Raúl Castro
“Saqueo: ¡Queremos más Adidas!”, por Raúl Castro
Redacción EC

Al mediodía del sábado pasado, la seguridad del centro comercial , en el Centro de Lima, detectó a una muchedumbre de al menos medio centenar de personas buscando ingresar a la fuerza, con el presunto objetivo de .   

La seguridad del centro comercial actuó rápido.

Toda vez que el ‘evento’ , días atrás, convocando al impresionante número de 72 mil seguidores, la policía y los vigilantes no tuvieron mayor problema en neutralizar sus intenciones.

Treinta jóvenes fueron detenidos, entre ellos 20 menores. Al no haber daños personales ni materiales, la pregunta es: ¿Qué es lo que realmente pasó esa tarde en el Real Plaza? 

Los científicos sociales lo llaman “mimesis”.

Desde hace algunos años, es decir, desde que los dispositivos móviles –celulares, iPods y smartphones– se popularizaron, las iniciativas de convocar a ‘multitudes relámpago’ –o ‘flashmobs’– a través de mensaje de texto y redes sociales, a acciones de ‘shock urbano’, se han expandido por las ciudades más densamente pobladas del mundo.

Cuando surgieron, las motivaciones en estas convocatorias eran la diversión y el romper con la rutina. Los manifestantes tomaban estaciones de metro para bailar canciones de Michael Jackson, en plena hora punta, por ejemplo, para generar pequeños caos.

Sin embargo, con los años, las convocatorias se complejizaron y tomaron diversos sentidos. Se empezaron a usar con fines políticos, o reivindicativos, y, últimamente, de pánico comunitario, con frecuencia marcados por visos vandálicos y delincuenciales. 

El caso de es el más reciente y cercano. En español, ‘un paseíto’. Se trata de cientos o miles de jóvenes de las favelas que llaman a reunión en los centros comerciales más frecuentados con el fin de hacer sentir su presencia, en principio a las buenas, y luego, quién sabe, sobre estos espacios simbólicos del consumo a todo dar.

Renato Barreiros, un cineasta que ha realizado un documental sobre el fenómeno, cuenta a la revista “The Economist” que estas turbas no buscan protestar contra la opresión del sistema capitalista. Al contrario, se posicionan reclamando “más Adidas”.   

En un popular ensayo sobre los ‘rolezeiros’, Leandro Begouci, editor del magazine digital F451, coincide con Barreiros. Begouci afirma que son “chicos de segmentos C, para los que el consumismo es la gloria”.

Sin embargo, es consenso también advertir que el límite entre la diversión y el vandalismo en estos sucesos se torna muy difuso cuando los ánimos están estimulados con alcohol y otras sustancias, por lo que la situación puede salirse de control.

Un informe de Naciones Unidas muy reciente, en el cual se aquilata el cuantioso incremento de la criminalidad en América Latina, acerca un término más preciso: es “el delito aspiracional”. Una paradoja más para estas hermosas tierras llenas de contrastes.