"Sospechas", por Milagros Leiva
"Sospechas", por Milagros Leiva
Milagros Leiva

El ex fiscal de la Nación Carlos Ramos Heredia está enredado en su propio laberinto. Tres colaboradores eficaces aseguran que él sí recibió dinero de Rodolfo Orellana Rengifo, hoy detenido, que el dinero le llegaba mensualmente a través de su hijo. Ramos ha dicho que esas imputaciones son patraña pura, que no se puede dar fe a inventos que buscan perjudicar su carrera. En la cumbre de lo inaudito, ha contado que no ha hablado con su hijo sobre esta imputación porque estaba muy ocupado tratando de defenderse. También ha dicho que cuando recibió a Rodolfo Orellana Rengifo en su oficina él no sabía nada de su historia. Dice que estaba tan ocupado (¿otra vez la misma excusa?) que ni leía los periódicos. ¿Qué habló con Orellana? Es un misterio.

Escucho al ex fiscal y me pregunto: ¿Qué tendría que pensar Paul Olórtiga? El odontólogo fue enviado a prisión después de que en conferencia de prensa Ramos lo calificara casi de asesino, lo enviaron sin pruebas a dormir encerrado. ¿Qué tendría que pensar Martín Belaunde Lossio, a quien el Estado Boliviano acaba de decirle que sí aprueba su extradición por el Caso ‘La Centralita’? Que yo recuerde, Belaunde ha sido acusado en este caso por dos colaboradores eficaces que aseguran sí recibía dinero del ex gobernador César Álvarez, hoy detenido. Uno, el guardián, asegura que le escuchó por teléfono reclamar airadamente su pago y el otro jura que lo vio entrar al Canal 25 a cobrar su mesada. Belaunde ha dicho que jamás pisó ese canal en su vida y que nunca habló por teléfono de cobros. ¿Estos colaboradores hablan patrañas o les creemos al pie de la letra? La pregunta para Ramos es una sola: ¿En los casos Belaunde y Olórtiga interesan un rábano las pruebas y hay que mandarlos por un tubo a la cárcel, pero en su caso todo es alucinación? 

Ayer le pedí a Belaunde una entrevista después de conocida la confirmación de su extradición y su respuesta fue un no rotundo. Él, como Olórtiga, detesta a los periodistas. Sí me dijo que de haberse quedado en el Perú ya habría cumplido un año en la cárcel sin pruebas y que no entendía cómo hoy Ramos tenía la cara de salir a decir que no hay que creer tanto en los colaboradores y que la prisión preventiva se ha convertido en un exceso y no en una excepción. 

El padre de Belaunde acaba de aclarar que jamás dio un sol a Nadine Heredia para la campaña, que su aporte registrado a la ONPE es un invento. ¿Qué significa? Que la sospecha periodística se va confirmando (la plata venía de Venezuela, ¿no?). Esta era nuestra intención: que Belaunde hablara. Sabe tanto que cada día me convenzo más de que a este gobierno le conviene tenerlo lejos o encerrado, porque así nadie le creerá. La pregunta es una sola para el aparato judicial: ¿Encerramos con pruebas o mejor metemos a la cárcel con simples sospechas?