Luis E.  Quispe Candia

La conmemoración del centenario de los pueblos, las instituciones y del propio ser humano, pese a su tiempo limitado, motiva celebrar el hecho que marca un hito de su existencia. Es momento de mirar atrás para ver el largo camino recorrido, sonreírle al presente y enfrentar el reto del futuro de mayores exigencias y mejores oportunidades, con el bagaje de las lecciones aprendidas a lo largo del viaje.

Al cumplir cien años el Touring y Automóvil Club del Perú (TACP), como colaborador de su revista, me he permitido escribir estas líneas, revisando el baúl de sus recuerdos, al que ahora podemos acceder gracias a la tecnología. Existen fotos amarillentas en blanco y negro, libros de hojas desgastadas, manuscritos, y en sus anaqueles se lucen trofeos, medallas y en las paredes fotos enmarcadas de viejos amigos, con trajes de cada época, y pilotos junto a sus bólidos y otros lujosos vehículos siempre “del año”, a lo largo de un siglo. Todo trae a la memoria los éxitos alcanzados, los buenos momentos vividos, están los fundadores guiando desde el más allá a sus seguidores, desde el arranque, haciendo los cambios precisos, con la mirada al frente, sin dejar de ver atrás. También están los momentos difíciles, carreteras sinuosas, baches y túneles que salen a la luz, pues el TACP es un piloto experimentado.

En 1924, Gino Salocchi, miembro del Rotary Club de Lima, tuvo la iniciativa de fundar una institución que fomente el automovilismo y promueva rutas turísticas en el Perú. El 20 de mayo de 1924 suscribieron el acta de fundación del Touring Club Peruano: Marino Edmundo Tabusso (presidente), Andrés F. Dasso, José Antonio de Lavalle, Juan J. Rospigliosi, Fernando Carbajal y Eduardo Dibós Dammert. Este último, en 1930, asumió la presidencia del ahora Touring y Automovil Club del Perú. Dibós Dammert fue también alcalde de Lima en los periodos 1938-1940 y 1950-1952, y como miembro del Comité Olímpico Internacional le dio al TACP una categoría internacional, logrando formar parte de la Federación Internacional del Automovilismo (FIA).

El mismo año de su fundación se inauguró el primer raid de automovilismo, de Lima hasta Lomas en Arequipa, surcando trochas y abriendo caminos, trazando carreteras con rugientes motores. Los eventos se repitieron con más frecuencia, lo que atrajo a una gran variedad de aficionados y promovió el deporte automotor de competencia.

En las últimas décadas, su esfuerzo ha ido más allá: impulsa la movilidad segura y sostenible, promueve la educación vial infantil en sus módulos itinerantes, ofrece servicios a sus asociados y ha recibido el delicado encargo del Estado para evaluar a los aspirantes a la licencia de conducir en Lima, demostrando idoneidad y transparencia, en contraste con las escandalosas denuncias de corrupción en muchos gobiernos regionales por ilegales emisiones de licencias de conducir a quienes la justicia aún no alcanza, con lo que se cumple lo señalado por el filósofo Edmundo Burk: “Lo único necesario para el triunfo del mal, es que los hombres buenos no hagan nada”.

En nuestro país, la falta de ética y la crisis moral se expresan en violencia criminal y la corrupción tiende a deteriorar nuestra sociedad. Obviando explicaciones filosóficas o sociales, mejor escuchemos al Carpintero de Nazaret: “No hay árbol bueno que pueda dar fruto malo, ni árbol malo que pueda dar fruto bueno” (Lc. 6, 43), lo que en este caso se cumple y nos motiva a ofrecer en vida el justo reconocimiento y gratitud al ilustre octogenario Iván Dibós Mier, hijo del fundador del hoy ATCP, personaje central de la conmemoración del centenario, fruto del árbol bueno, quien a lo largo de su existencia siembra el bien y desde el año 2011 preside el Touring y Automóvil Club del Perú. Ocupó importantes cargos en nuestro país, entre ellos la presidencia del Instituto Peruano del Deporte, y dos periodos como teniente alcalde de Lima (1979-1980, 1990-1995); fue el motor y las llantas de la gestión de Ricardo Belmont, dejando obras cuya importancia reconocemos: intercambio vial de Javier Prado y Evitamiento, paso a desnivel de Plaza Castilla y Dos de Mayo, Puente Nuevo, 17 km de la av. Universitaria, 500 losas deportivas, entre otras.

El 21 de agosto pasado fue la velada del centenario del TACP, a la que asistieron autoridades, representantes de instituciones públicas y privadas, presidentes con delegaciones de organizaciones análogas de varios países y Mohammed Ahmed ben Sulayem (Dubái), expiloto de rally emiratí, acreedor de catorce títulos, dirigente de automovilismo y presidente de la FIA desde el 2021.

La Organización Luz Ámbar Perú y el TACP nos encontramos en el camino y compartimos tareas para promover la cultura vial, sensibilizar a la comunidad y mitigar los siniestros de tránsito; por ello, nuestro reconocimiento y felicitación a Iván Dibós Mier, y hacemos votos para mayores éxitos a su centenaria representada.

En enero del 2019, en la ciudad de Panamá, fuimos acreedores de un reconocimiento de la FIA, expresado en una placa, por nuestra labor en favor de la educación vial. Estrechándole la mano a Mohammed Ahmed ben Sulayem, renovamos nuestra gratitud y compromiso para redoblar esfuerzo en nuestra tarea.

Cuando parece prevalecer el caos, es bueno saber que hay peruanos de gran valía como Iván Dibós Mier, que como él forman parte de instituciones públicas y privadas, pequeñas o grandes empresas, hombres y mujeres quienes desde su lugar luchan por el desarrollo y el bien común, sosteniendo estoicamente las columnas de los valores cívicos y democráticos de nuestro país. Sumemos a su ejemplo.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.


Luis E. Quispe Candia es Abogado, presidente de Luz Ámbar

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