Nueve exfuncionarios han sido detenidos y afrontan detención preliminar por el Caso Richard ‘Swing’ Cisneros. Hay más que deben ser investigados, entre ellos, algunos exministros.
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/ OpiniónBasada en la interpretación y juicio de hechos y datos hechos por el autor.
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Nueve exfuncionarios han sido detenidos y afrontan detención preliminar por el Caso Richard ‘Swing’ Cisneros. Hay más que deben ser investigados, entre ellos, algunos exministros.
Ha sido detenido el entorno inmediato del presidente Vizcarra. También, exfuncionarios del Ministerio de Cultura (Mincul).
Estoy en desacuerdo con la detención preliminar en estos casos. Lo estoy, aunque presuma que esta investigación va a terminar en algunas acusaciones penales sólidas.
Esta no será, sin embargo, la acción de la justicia más importante en el Caso Swing. Lo más importante será identificar y sancionar al autor (intelectual o mediato) de las contrataciones fraudulentas de Richard Cisneros.
Hay audios que muestran los intentos de desligar al mandatario de las visitas que le hizo Swing. La fiscalía determinó que se eliminó parte de los documentos.
¿Por qué la desesperación en Palacio de desvincular a Swing de Martín Vizcarra?
El presidente mintió, desde el primer momento, sobre su relación con este proveedor fraudulento.
En mayo pasado, dijo que solo conocía a Cisneros de la campaña del 2016. Agregó que esa relación pudo haber “permitido que tenga alguna participación en algún nivel de Gobierno”.
“Conozco a Richard Swing como a muchas personas que participaron en el proceso electoral del 2016 [...], su contrato ha sido dejado sin efecto y estoy de acuerdo de que [sic] en estos momentos tenemos que ser lo más austeros posibles”, declaró el presidente en mayo pasado.
En “esos momentos” Swing ya había estafado al erario, con más de S/170 mil. En “esos momentos” Cisneros ya había visitado muchas veces a Vizcarra en Palacio. El presidente nos decía que no conocía a quien todavía frecuentaba.
Patricia Balbuena, exministra de Cultura, fue con quien Cisneros obtuvo su primer contrato. Ella lo presentó, al menos una vez, como “su asesor y su persona de confianza”, según Lidia Marín, expresidenta de los clubes departamentales (entrevistada en “Hildebrant en sus trece”, citado en informe de Servicios de Comunicación Intercultural, www.servindi.org).
Después de eso, Balbuena trabajó para el despacho presidencial, como consultora de la secretaría general, luego en la Presidencia del Consejo de Ministros, en Córpac y en Sedapal (“Las movidas de Patricia Balbuena en el gobierno de Vizcarra”, portal Lima Gris).
Hasta ahora Balbuena aparece en el directorio de Sedapal. Esposo y hermanos de ella también tienen contratos con el Estado en el período Vizcarra.
Jorge Apoloni Quispe fue secretario general del Mincul en la primera contratación con Swing. Tendrán que investigarlo.
Apoloni, después, fue presidente de Córpac (donde coincidió con Balbuena), fue jefe de asesores en el Ministerio de Vivienda y también fue presidente de Sedapal (donde coincide también con Balbuena).
¿Qué tiene que ver Swing con esta maraña de contrataciones familiares y puestos clave en esta administración? ¿Por qué el presidente miente y elabora coartadas?
¿Por qué involucrar a tantos funcionarios y después atribuirles solo a ellos toda la responsabilidad?
No se trata de los montos. Son ridículos frente a otros casos. Se trata de la mentira y el cambalache de favores, incluidas contrataciones a grupos familiares (de Karem Roca, Miran Morales, Patricia Balbuena, por lo menos).
No podemos aceptar un gobierno acomodado para Swing.
El presidente Vizcarra debe contar todo. Ahora. Debe hacerlo con la verdad. ¿Será capaz?
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