“Otra demanda social que nos hace el COVID-19 es la que exige solidaridad con los sectores normalmente marginados en sociedades crecientemente obsesionadas con la juventud y la perfección corporal”. (Ilustración: Víctor Aguilar Rúa).
“Otra demanda social que nos hace el COVID-19 es la que exige solidaridad con los sectores normalmente marginados en sociedades crecientemente obsesionadas con la juventud y la perfección corporal”. (Ilustración: Víctor Aguilar Rúa).
/ Víctor Aguilar Rúa
Javier Díaz-Albertini

Vivimos en tiempos de una pandemia que demanda un alto grado de solidaridad para combatirla y, eventualmente, derrotarla. Pero no se trata de la solidaridad inmediata y cortoplacista que nos lleva, por ejemplo, a donar ropa ante una tragedia. Sino de una de largo aliento que exige lo que los estudiosos del capital social llaman “reciprocidad generalizada”.