Los audios difundidos por el congresista Edgar Alarcón revelan, en primer lugar, varios delitos en los que estaría incurso el presidente Martín Vizcarra en su intento por obstruir la investigación sobre su amigo, el individuo que se hace llamar Richard Swing. En segundo lugar, la catadura de Vizcarra y sus allegados. A estas alturas, ya no cabe ninguna duda de que quien hizo que seis ministros de Cultura contratasen nueve veces a Swing fue Vizcarra, que cínicamente sigue negando lo obvio.
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