¿Vale la pena pagar por The Rolling Stones?, por Pedro Canelo
¿Vale la pena pagar por The Rolling Stones?, por Pedro Canelo
Pedro Canelo

Mick Jagger nunca se fue, él siempre está volviendo. Hoy se anunciará oficialmente no solo el concierto de en Lima, sino también nos enfrentaremos ante una de las últimas oportunidades de ver un recital histórico en nuestro país. No será la primera vez que estos “jurásicos” rockeros ingleses vengan por aquí –Mick Jagger ha recorrido Cusco, Madre de Dios y hasta vendió raspadillas en la selva para una película de Werner Herzog donde al final ni apareció–, pero este sí será su estreno en un escenario peruano. Si aún estás haciendo enormes colas para ver el Perú-Paraguay por las Eliminatorias, quizá deberías meditar un poco tu decisión. Podrías canjear noventa minutos cardíacos, sufridos y sin garantía de éxito por tres horas de inolvidable descarga de talento musical. Perú siempre estará sufriendo para clasificar al Mundial (y tú podrás ir a verlo); en cambio, los Jagger y Richards no regresarán así su esperanza de vida supere cualquier cálculo de una AFP.

The Rolling Stones es uno de esos pocos grupos vigentes que traspasa generaciones sin hacer esfuerzo. Al recital del próximo año podrán ir aquellos mayores de 50 que vivieron sus años de rebeldía con Woodstock encendido y con el Che Guevara aún vivo y que disfrutaron en tiempo real con la aparición de unos jóvenes Rolling Stones. También podrán estar los más chicos, con DNI recién estrenado, que heredaron el gusto por el cordón umbilical de los padres y los treintañeros que quizá escuchamos un primer éxito de los Stones cuando mirábamos esa serie ochentera llamada “Nam”, que aparecía por nuestras pantallas con “Paint It Black” de fondo.

Algunos quizá escucharon por primera vez de este grupo en esa simpática canción de Los Rancheros que describía a una joven contestaría con su “Viva el Che y los Rolling Stones”. No importa si fue así, no te ruborices. A diferencia de recientes conciertos de músicos más exclusivos como Damien Rice o Joss Stone, en este caso no es requisito ser un fanático fiel que sabe de memoria el orden de las canciones de cada disco para comprar una entrada. Es simplemente haber estado allí y poder algún día contarlo. Mirar en vivo y en directo a The Rolling Stones es mucho más que una experiencia musical, es un contrato perpetuo con la historia.

Solo un pedido a los organizadores del concierto de The Rolling Stones. Si aún no han hecho su conferencia de prensa para detallar los precios de las entradas, desde aquí un pedido de compasión con nuestros alicaídos bolsillos peruanos. Ese concierto merece batir récords de asistencia. Una rebajita, por favor, casero. Una rebajita para esos melómanos que quieren hacer ‘check’ en su lista de pendientes y quedar como el mismo símbolo de los Stones. Con la boca bien abierta.