Una de cada dos mujeres en el Perú ha sido víctima de violencia de parte de su pareja (Endes, 2023). La violencia contra la mujer es transversal, ocurre en todos los estratos sociales, en todas las ciudades del país y en todos los países del mundo. ONU Mujeres calcula que 736 millones de mujeres han sido víctimas de violencia física o sexual por su pareja. En el 2023, a escala mundial, una mujer fue asesinada cada diez minutos por algún miembro de su familia. Ello, sin importar su nivel de educación, su acceso al mercado laboral, ni a recursos económicos.
La violencia contra la mujer, en todas sus formas, es causada por el control que busca ejercer un hombre sobre una mujer. Es una muestra de poder, de superioridad. Y en nuestro país esta violencia ha sido normalizada a tal nivel que, cuando una mujer víctima de una violación sexual se atreve a acudir a la policía para presentar una denuncia, los procesos no avanzan y se quedan congelados. Hasta octubre de este año, los centros de emergencia mujer han recibido 26.811 denuncias por violación sexual. Cada día en el Perú 54 niñas y adolescentes son violadas. ¿Podemos seguir siendo indiferentes frente a esta terrible realidad?
El feminicidio es la forma más extrema de violencia contra la mujer. Es el asesinato intencional de una mujer o niña por el hecho de ser mujer. Entre enero y setiembre de este año, 121 mujeres han sido asesinadas. Una de ellas fue Sheyla Cóndor, que tenía 26 años cuando tuvo la mala suerte de conocer por redes sociales a un suboficial de la Policía Nacional del Perú: Darwin Condori. Sheyla habría sido asesinada en el departamento de Condori, quien luego la habría desmembrado y habría metido el cuerpo en una maleta que luego escondió debajo de su cama. Condori había sido denunciado en enero del 2023 por violencia y violación sexual grupal de tres mujeres en el mismo departamento donde se encontró el cuerpo de Sheyla. Y, sin embargo, la investigación no avanzó y Condori regresó luego de una corta detención al servicio activo de la policía. Si el Poder Judicial hubiese actuado con la celeridad que corresponde a este tipo de delitos, Condori habría estado preso y Sheyla seguiría con vida. Y esto ocurrió días antes de conmemorarse el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer: el 25 de noviembre.
En lo que va del año, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo, han desaparecido 4.915 mujeres. Sin que se sepa aún su paradero. ¿Se imaginan la desesperación de sus familias? Esa desesperación que sintieron los padres de Sheyla, quienes llegaron a la comisaría a denunciar su desaparición y se encontraron con la indiferencia de los policías, quienes no recibieron su denuncia porque se trataba de una mujer mayor de edad. ¿Cómo logramos erradicar la violencia contra la mujer en el Perú cuando la policía no tiene la capacidad ni la empatía para atender las denuncias y terminan volviéndose cómplices de los agresores? ¿Cuántas mujeres más tienen que morir o desaparecer en nuestro país para que las cosas cambien?