En el Hall de los Pasos Perdidos y en otros recovecos del Congreso de la República, se deben escribir historias de amor que se mantienen en secreto o son objeto de habladurías que no suelen trascender las paredes del Legislativo. El poder tiene su atractivo; y los congresistas, su corazoncito.
Algunas de estas historias han sido protagónicas en los dominicales, como el caso de Darwin Espinoza, que fue denunciado por un intercambio de favores y la evidencia fueron varios minutos de video con una señorita aparentemente de mucha confianza.
Otras leyendas amorosas son insumo de programas de chismes como la del congresista Diego Bazán, señalado por abusar de su galantería y enamorar a guapas mujeres del espectáculo.
Pero hay romances que se imprimen en la página de judiciales. La semana pasada, unos audios vehementes y macerados en alcohol se hicieron públicos. La voz que se escucha pertenecería a Vladimir Cerrón, líder de Perú Libre, prófugo de la justicia y, según lo escuchado, un hombre prendado de las virtudes de la congresista Kelly Portalatino.
Los afectos de Cerrón no son de incumbencia de la población, pero sí sus correrías. Cerrón debería estar preso, entre las rejas, pero libre de enamorarse de quien quiera. Portalatino, que ante el melcochoso audio ha expresado sentirse “halagada”, es decir, no ha negado amorío alguno, también puede dejar fluir sus emociones sin que terceros cuestionen.
Pero esta supuesta novela de audios a medianoche y de romance revolucionario entre te amos y reflexiones en torno del materialismo histórico tiene vetas más públicas que privadas y debe convocar, más que a chismosos pacatos, al Ministerio Público.
Cerrón es un prófugo de la justicia, cuyo brazo parece no ser tan largo. Investigaciones periodísticas dan cuenta de cómo en estos casi diez meses Cerrón ha logrado huir de todos los operativos realizados por la policía y de cómo un círculo de poder parece protegerlo.
El último domingo, “Panorama” dio a conocer el contenido de unas conversaciones a través de WhatsApp entre Portalatino y Cerrón, en las que, según el programa periodístico, la congresista advertía a su líder cambiar de ubicación ante una posible intervención de la que aparentemente tenía conocimiento.
Hasta el momento, Portalatino ha negado cualquier comunicación con Cerrón, con tanto fervor como ha negado que sea un prófugo. “Está en mejor resguardo”, dijo la legisladora, a quien la fiscalía deberá exigir que explique, no sus afectos, pero sí un probable encubrimiento.