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Desde septiembre del año pasado, distintas publicaciones y comentaristas especializados en armas de guerra y en novedades militares, referían que el Perú invertiría 700 millones de dólares en la compra de 110 blindados ligeros BTR-80A; alrededor de 500 millones de dólares en 24 helicópteros de transporte MI-171 SH, y otro tanto de millones de dólares más, en tanques principales de batalla T-90.
Los entusiastas armamentistas sostenían que con esta adquisición el Ejército Peruano podría eliminar gradualmente sus viejos tanques soviéticos T-55, y a la vez, renovar su flota aerotransportada.
La información –que había trascendido primero en las webs del Partido Comunista Argentino (PCR.ORG.AR) y del periodista y analista político ruso Nil Nikandrov– fue confirmada el 5 de mayo pasado en el reputado diario ruso “Pravda”. Bajo el título “Los Intereses de Rusia no se limitan a Ucrania”, el “Pravda” registraba los acuerdos entre su canciller, Serguéi Lavrov y el presidente del Perú, Ollanta Humala, el último 1 de mayo en Lima para proceder con las adquisiciones. Y para contextualizar los temas tratados en la reunión, el “Pravda” decía que el año pasado el presidente Humala ya había firmado un contrato para el suministro de los BTR-80A por 700 millones de dólares; además de anunciar, en diciembre, su decisión de comprar los 24 helicópteros MI-171 SH.
Todo indica, entonces, que la visita del canciller Lavrov a inicios del mes pasado tuvo como objetivo sellar los contratos y los acuerdos a los que ya había llegado el presidente del Perú con el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, durante su gira por América Latina y su escala en nuestro país, en octubre del 2013.
La noticia de que el Estado peruano vuelve a comprar armamento de guerra se ha confirmado en Moscú hace un mes, pero los peruanos nos hemos enterado gracias a los medios de prensa rusos.
El ministro de Defensa, Pedro Cateriano, responsable de la operación, debe explicarle al país qué tipo de blindados se están adquiriendo; cuánto va a gastar el Estado peruano en esa compra, cuál es el precio unitario de cada uno de ellos. Y lo mismo con los helicópteros: Cuál es su costo unitario y qué tipo de equipamiento y características tendrá cada uno de ellos.
Las respuestas son urgentes. El gobierno no puede realizar una inversión gigantesca - que guardando la proporción no había hecho nuestro país desde la época de Morales Bermúdez, en medio de una amenaza de conflicto con Chile - sin transparencia ni vigilancia.
Pero el ministro también debe explicar por qué y para qué tenemos que comprar tanques rusos de última generación; gastándonos el dineral que se le escatima a la seguridad ciudadana. ¿Acaso el Perú tiene algún problema, no resuelto, con uno de sus vecinos?
No nos dirá que se necesitan para la lucha contra el terrorismo en el Vraem: la geografía de esos valles no permitiría que esos tanques pudieran, siquiera, circular.
Además, la ciudadanía demanda más inversión en educación, salud y seguridad ciudadana. Y cree que donde menos se debe invertir, es en armas (Ipsos Perú, 19 de mayo de 2014).
