“El problema con el socialismo es que eventualmente se termina el dinero ajeno disponible para repartir”, habría dicho Margaret Thatcher, primera ministra del Reino Unido. En un contexto en el que la creación de riqueza se hace más escasa y los programas sociales más profundos, las palabras de la lideresa del Partido Conservador guardan un eco especial.
La semana pasada, ante la reciente publicación de datos de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) del INEI, el ministro de Economía, Alonso Segura, afirmó –con pecho henchido– que la reducción del índice de pobreza de 23,9% en el 2013 a 22,7% en el 2014 se explica principalmente por los programas sociales y en menor medida por el crecimiento económico. Según el titular del pliego, nada menos que el 83% de la reducción en la proporción de pobres se debe a las iniciativas estatales.
La verdad, sin embargo, es que la actual administración tiene poco de qué enorgullecerse ante estos resultados. En primer lugar, porque el ritmo de reducción de la pobreza ha sido mucho menor que en años anteriores. En segundo lugar, porque buena parte de la responsabilidad de las bajas tasas a las que hoy crece el Perú recae sobre el manejo económico, desacertado en muchos aspectos, que ha tenido este gobierno. Desde las trabas regulatorias y los sobrecostos laborales hasta la sensación de incertidumbre que generó su mala gestión de potenciales conflictos sociales, existe hoy menos riqueza a repartir a causa de políticas equivocadas.
En tercer lugar, y más importante aun, afirmar que la mayor parte de la reducción de la pobreza se deba a transferencias de parte del Estado y no a mejoras en la productividad de los ciudadanos, lejos de ser celebrado, debe ser en realidad preocupante y es, además, insostenible a mediano plazo. Los programas de asistencia social no deben ser sino un complemento temporal a una política efectiva diseñada para que las familias superen la pobreza con sus propios medios. Repartir riqueza no es difícil; el verdadero reto está en generar las condiciones para crearla.