Luis Barranzuela, flamante ministro del Interior, se desempeñó hasta el día de su designación como abogado de Vladimir Cerrón, Guido Bellido y Perú Libre.
Luis Barranzuela, flamante ministro del Interior, se desempeñó hasta el día de su designación como abogado de Vladimir Cerrón, Guido Bellido y Perú Libre.
Editorial El Comercio

El cambio del equipo ministerial ocurrido a mitad de semana ha traído remociones saludables (como las de , y Ciro Gálvez) y oportunidades perdidas (entre las que destacan los casos de Juan Francisco Silva, en Transportes y Comunicaciones, y el de Rubén Ramírez, en Ambiente). Pero también trajo, cuando menos, dos ministros que ya han comenzado a despertar algunas preocupaciones.

La designación de , flamante titular de Educación, ha levantado fundados temores por su cercanía al Conare-Sutep, la facción magisterial cuyos líderes cultivan una abierta simpatía por el Movadef o, ya de plano, pertenecen a él, y por sus declaraciones en rechazo a la Prueba Única Nacional, la evaluación que deben rendir los docentes para conseguir su nombramiento (“la evaluación [es] para tener a los maestros intimidados”, afirmó). Ello, sumado a sus nexos con el Fenate-Perú, el sindicato fundado por el presidente , y a la poca claridad en las razones por las que el exministro Juan Cadillo dejó el cargo, solo alimentan las suspicacias de que con su nombramiento no se estaría buscando otra cosa que promover la agenda particular de un sector del magisterio.

En el caso de , ministro del Interior, el panorama tampoco es alentador. Como ha informado este Diario, durante sus 27 años como policía, el mayor Barranzuela , entre otros, por abandono de servicio, contra el espíritu policial, abuso de autoridad, negligencia, contra el decoro y contra el deber profesional. Estas sanciones fueron uno de los motivos por los que no pudo seguir ascendiendo en el escalafón de la institución policial. Ahora, para su buena fortuna, el señor Barranzuela ha obtenido un ascenso más que sustancial.

Hay que decir, sin embargo, que en esta designación el Gobierno ha actuado con bastante coherencia. A inicios de setiembre, por ejemplo, se conoció que el mayor en retiro José Luis Fernández Latorre había sido elegido nuevo director de la DINI. Durante su paso por la policía, Fernández por, entre otras conductas, negligencia, contra el deber profesional, contra el decoro o abuso de autoridad, y fue declarado no apto para ascender hasta en tres oportunidades.

Pero su foja de servicios no es la principal fuente de cuestionamientos contra el ministro Barranzuela. Hasta el día de su juramentación, Barranzuela se desempeñó como abogado de Perú Libre, de su secretario general y del expresidente del Consejo de Ministros y actual congresista por el partido del lápiz Guido Bellido, en un caso por lavado de activos. Desde el pasado 5 de enero, el funcionario es socio fundador del estudio Noblecilla Olaechea, Barranzuela & León, encargado de la defensa legal del congresista Guillermo Bermejo, al que Barranzuela en su primer día como ministro.

Al respecto, ya han subrayado el evidente problema que entraña tener como titular del Interior a alguien que hasta hace unos días se encargaba de la defensa legal de varios investigados por el Ministerio Público que, como sabemos, suele apoyarse en la policía para llevar a cabo diligencias como allanamientos o detenciones. “Debieron tenerlo en cuenta al momento de su designación, no sé si el presidente lo sabía o no […] de que esto era un enorme conflicto de intereses”, ha dicho, por ejemplo, el exprocurador Yván Montoya.

Pero si su bagaje al momento de aterrizar en el cargo no era auspicioso, su primer día solo sirvió para acrecentar las dudas respecto de su idoneidad. El jueves, el ministro Barranzuela mantuvo reuniones, además de la ya mencionada con Bermejo, con Luis Trinidad Abarca, un testigo propuesto por la defensa legal del legislador en el juicio que enfrenta por afiliación al terrorismo, y con Roger Nájar, la mano derecha de su otrora cliente Vladimir Cerrón.

De hecho, ya algunos legisladores de distintas bancadas han criticado la presencia de Barranzuela en el Ministerio del Interior. Las alarmas ya se prendieron en el sector y parece muy difícil que se apaguen pronto.