Editorial: Aligerar la Bolsa
Editorial: Aligerar la Bolsa

Para algunos, el mercado de valores es una entidad que funciona al margen de lo que sucede en la vida de los peruanos promedio. Que las acciones suban o bajen –dicen– solo les interesa a los banqueros, a los financistas y a los ricos. Sin embargo, la verdad es que la no es un sujeto del todo ajeno. Las empresas que listan sus acciones en bolsa marcan el paso de la economía del país, dan empleo a decenas de miles de peruanos de toda condición social y son, además, la reserva de valor de varios millones de soles que buena parte de la ciudadanía tiene invertidos a través de la ONP y sus AFP. En buena cuenta, la BVL es un jugador fundamental en el desarrollo económico del Perú.

Por ello, es una noticia positiva que la haya aprobado el miércoles pasado el proyecto de ley para exonerar –por tres años– del Impuesto a la Renta a las ganancias de capital. Este impuesto grava el 5% de la ganancia obtenida al momento de vender una acción. El proyecto de ley, presentado por el Ejecutivo, está motivado en parte por el riesgo de reclasificación de la BVL como mercado frontera en el índice MSCI.

El punto clave es que el impuesto a las ganancias de capital de la BVL se trata en realidad de un caso de doble tributación. Las empresas de cada sector que listan en bolsa generan utilidades y pagan dividendos, y a estos se les cobra Impuesto a la Renta. Dado que el valor de cada acción es básicamente el flujo de dividendos que se espera ganar y que estos ya han pagado impuestos cuando se generó la utilidad, aplicar un impuesto adicional sobre las acciones equivale a gravar dos veces la misma renta.

Nuestros socios en la Alianza del Pacífico, a los cuales la BVL está vinculada a través del , así lo han entendido y han actuado en consecuencia. Chile, Colombia y México no gravan las ganancias de capital obtenidas por transar instrumentos líquidos en sus bolsas y han logrado que sus mercados financieros funcionen de manera más eficiente. En Chile, por ejemplo, a la inafectación del impuesto a las ganancias de capital en el 2001 y a otras reformas del mercado siguió un notable aumento en los montos negociados. En el transcurso de los siguientes siete años, este monto pasó de 5% del PBI a 23% (en el Perú, el monto negociado llega a apenas 3% del PBI). Homologar el tratamiento tributario y exonerar del pago a las acciones líquidas se hace aún más relevante en un contexto en el que la BVL necesita más competitividad para sacar el mayor provecho del MILA.

Este impuesto, además, desincentiva el ahorro en el mercado de valores. Mientras que las ganancias obtenidas, por ejemplo, en productos bancarios –como los intereses de los depósitos de plazo fijo– no pagan impuestos, los ingresos generados por ventas de acciones sí son gravados. Esto hace más ineficiente el sistema, lo distorsiona y provoca que los recursos no vayan al destino en el que pueden ser más rentables: la evidencia apunta a que, a largo plazo, el mercado de valores es el que más rentabilidad genera a los ahorros.

Finalmente, la recaudación que el Estado ha logrado a partir del impuesto a las ganancias de capital ha sido mínima. Desde el 2011, año en que entró en efecto, el tributo ha recaudado en promedio cerca del 20% de la meta esperada, o el equivalente a tan solo el 0,1% de la recaudación total por Impuesto a la Renta. El costo que el impuesto tiene sobre los montos transados en bolsa parece resultar significativamente superior a los beneficios fiscales que genera.

Ahora, la exoneración no es la bala de plata que inyectará súbitamente liquidez al sistema. La BVL tiene problemas estructurales que van más allá del tratamiento tributario –como la poca cultura financiera y la baja participación de inversionistas no institucionales– y que la exoneración del impuesto no solucionará. Por el mismo motivo, es poco plausible que se evite la reclasificación a mercado frontera gracias únicamente a este cambio tributario.

Sin embargo, el proyecto va en el camino correcto, pues apunta a eliminar las distorsiones del mercado y a hacerlo más competitivo. El pleno del Congreso tendrá pronto la palabra sobre un asunto que concierne a muchos más peruanos de lo que a primera vista podría parecer.