El congresista de Perú Posible y ministro de Agricultura del gobierno de Alejandro Toledo José León nuevamente se encuentra involucrado en un escándalo que lo relaciona con personas vinculadas a una red criminal. Esta vez el parlamentario es cuestionado debido a dos fotografías en las que aparece junto a Josué Blas Lezama, alias el ‘Gato’, de la banda Los Sanguinarios Pulpos de la Cruz Verde de El Porvenir (Trujillo), detenido el miércoles con otros 25 delincuentes en una operación de la Policía Nacional, encabezada por el Ministerio Público. Según la policía, el ‘Gato’ abastecía con armas de fuego a la organización criminal (a la que se le atribuyen 15 homicidios) y era uno de sus presuntos testaferros. Además, Lezama habría formado parte de Los Malditos de El Triunfo, otra avezada organización criminal de la zona, y se dedicaba a la extorsión y al sicariato.
En una fotografía aparecen el congresista y el mafioso nada más y nada menos que posando detrás de la mesa de la junta directiva del Congreso, a la cual, según el parlamentario Mauricio Mulder, solo tendrían acceso personas muy cercanas a los legisladores. Ante la publicación de las fotografías, el parlamentario manifestó: “Como congresista recibo la visita de muchos ciudadanos de La Libertad. Aceptar tomarme fotos no me hace sospechoso ni culpable de ningún acto delictivo”. Lo cierto es que, si bien las fotografías no son pruebas suficientes para relacionar al parlamentario con las actividades criminales, las relaciones personales y de negocios que han venido saliendo a la luz por parte del legislador demuestran un, por decir lo menos, extraño patrón que amerita ser investigado a fondo.
Recordemos que la semana pasada la Comisión de Ética Parlamentaria aprobó finalmente recomendar al pleno una suspensión de 60 días contra el peruposibilista por los presuntos vínculos con el narcotraficante mexicano y prófugo de la justicia ‘Lic’ Torres, sindicado como el dueño de las 7,5 toneladas de clorhidrato de cocaína incautadas en Trujillo. Este último habría alquilado (a través de Lucía Villavicencio, encargada de la limpieza de la vivienda) la casa de León en Huanchaco. Aunque el parlamentario aseguró que él no sabía que Torres era su inquilino, las varias contradicciones en las que habría incurrido (referidas a las distintas versiones que dio sobre el alquiler, sus visitas a la residencia y las reuniones con Torres), sumadas al hecho de que su versión de haber visitado la casa solo en dos ocasiones no coincide con la versión policial, lo han teñido de sospechas y llevaron a que finalmente se recomendara su sanción.
Por otro lado, hace unos meses se demostró en un video la cercanía que tendría con la familia Sánchez Paredes, cuyos miembros son investigados por el gobierno federal de Estados Unidos y por la justicia peruana por sus aparentes vínculos con el narcotráfico y lavado de activos. En imágenes aparece León como invitado de honor de la celebración navideña del grupo empresarial Minera Ganadera e Inmobiliaria San Simón, dirigida por Manuel Sánchez Paredes.
Finalmente, mencionamos que el actual apoderado del parlamentario León, el señor Santiago Alexander Olea Bernales, se encuentra inmerso en un proceso ante la Tercera Fiscalía Penal de Trujillo por tentativa de homicidio y que antes, además, ha purgado condena por robo agravado con arma de fuego.
Por todo lo anterior, consideramos que las relaciones del señor León deben ser aclaradas ante el Congreso, la fiscalía y la opinión pública. Sus vínculos, tanto profesionales como personales, especialmente tratándose de un congresista de la República en funciones, con capos del narcotráfico, bandas criminales u otra relación que ponga en peligro su investidura deben ser investigados a fondo y él debe ser el principal interesado en que se esclarezcan rápidamente. Para ello, exhortamos al señor León que si, como él señala, está libre de culpas, no se escude en su inmunidad parlamentaria y se someta a todas las investigaciones y procesos necesarios.