El ministro de Salud Hernán Condori se presenta en el Congreso para responder los dos pliegos interpelatorios presentados en su contra, el miércoles 16 de marzo.
El ministro de Salud Hernán Condori se presenta en el Congreso para responder los dos pliegos interpelatorios presentados en su contra, el miércoles 16 de marzo.
/ ERNESTO ARIAS
Editorial El Comercio

Que la representación nacional interpele a dos ministros el mismo día no es usual y, sin embargo, eso fue lo que ocurrió ayer en el con los titulares de Salud y Justicia, y , respectivamente.

El motivo de la insólita acumulación de los dos procesos en una sola jornada parecía ser la premura que tenía un sector mayoritario de la oposición por lograr el retiro de los mencionados integrantes del Gabinete, pero las posturas expresadas al fin de las interpelaciones por distintos miembros de las bancadas que supuestamente conformarían ese sector sugieren que, de pronto, esa premura dejó de existir.

De los dos ministros bajo examen, el que más objeciones concentraba y concentra era en realidad el actual titular de Salud. Como se recuerda, a él se le demandaba, entre otras cosas, dar explicaciones sobre el método de detección del cáncer de cuello uterino que promociona en un video y que fue desmentido por asociaciones como el Colegio Médico del Perú y la Sociedad Peruana de Obstetricia y Ginecología. Tales procesos, según aclararon varios expertos, no toman menos de una semana en nuestro país, por lo que parece ser que todo lo que Condori hacía era llevar a cabo un examen que permitía saber si las personas que se sometían a él presentaban indicios que pudieran dar lugar –posteriormente y solo luego de exámenes adicionales– a un diagnóstico definitivo. Sobre el punto, el ministro sostuvo ayer que él simplemente realizaba diagnósticos “presuntivos” (a pesar de que en el video promocional ya aludido no hacía esa salvedad).

Sobre el video en el que promovía el consumo del , Condori se defendió apuntando que nunca había recetado ni vendido el producto… Pero lo que se le había criticado no era eso, sino el hecho de que hubiera estimulado el consumo de un producto al que se le atribuyen ciertas propiedades curativas que no tienen respaldo científico. Y agregó que grabó y divulgó el controvertido video “para un círculo familiar”, ya que un pariente sufría una enfermedad frente a la que “la medicina que nosotros hacemos no iba a ayudarlo”. Por no entrar a detallar sus respuestas sobre cuestionamientos de otra naturaleza…

Cualquier observador con mediana objetividad diría, pues, que el ministro estuvo lejos de despejar las dudas en su contra. Y no obstante, cierta oposición se mostró repentinamente dispuesta a extenderle indulgencias. Por lo pronto, el vocero de la bancada de Renovación Popular, , anunció que su grupo parlamentario se tomará un mes para analizar sus respuestas. ¡Un mes! La verdad es que se trata de un comportamiento muy sorprendente de parte de quien ha presentado una moción de vacancia presidencial que se basa sobre argumentos que incluyen la pésima designación de ministros por la que sistemáticamente ha optado el jefe del Estado (y que menciona específicamente al señor Condori como uno de ellos). Por su parte, el vocero alterno de dicha bancada, Alejandro Muñante, explicó en conversación con este Diario que solo le están otorgando “el beneficio de la duda” al ministro “a efecto de que cumpla sus promesas”.

A su turno, el legislador de Fuerza Popular (FP), Alejandro Aguinaga, explicó también que evaluarían la censura porque “ahora no tenemos un acuerdo [de bancada]”. Curiosamente, antes de la interpelación, FP había presentado –y luego retirado– una moción de censura contra Condori, por lo que no tiene mucho sentido que lo que les parecía grave entonces haya dejado de parecerles ahora. Llamaron la atención, finalmente, las palabras del parlamentario de Acción Popular, Edwin Martínez, quien felicitó al ministro de Salud por “haber aclarado muchísimos temas”.

¿Ha sido la amenaza de promover una reforma constitucional que permita el adelanto de elecciones lo que ha transformado de la noche a la mañana a los antiguos fiscalizadores severos en dubitativos evaluadores de las carencias y desatinos del ministro de Salud?

Aunque no es descabellada, la hipótesis no puede ser dada por válida sin contar con más elementos de juicio. Pero la sospecha de que existe aquí una cierta dosis de aquello que coloquialmente se describe con la expresión “de nuevo y a acomodarse” es ineludible.