La Conferencia Anual de Empresarios (CADE) representa, entre otras cosas, una excelente oportunidad para que el sector público pueda explicar las reformas e iniciativas que viene implementando y así poder generar un diálogo abierto y sincero con el empresariado. En ese sentido, algunos ministros hicieron anuncios importantes que vale la pena rescatar. Aquí, un análisis de su participación en el CADE.
Alonso Segura, ministro de Economía: como es usual en esta cartera, su exposición fue técnica, seria y optimista. El ministro fue muy claro desde el primer minuto al asegurar que al Perú nadie lo para. Sostuvo que junio fue el punto de quiebre de la desaceleración y que la economía ya está empezando a galopar nuevamente. Además, explicó de manera quirúrgica que las políticas económicas están claras en su sector: hay que fortalecer el capital humano, invertir agresivamente en infraestructura y reducir la ‘tramitología’ para promover la inversión pública y privada. Segura también nos dio la buena noticia de que el comité de relaciones exteriores de la OCDE aprobó el programa de reformas que nuestro país presentó para eventualmente ser admitidos en este exclusivo club.
Piero Ghezzi, ministro de la Producción: si algo caracteriza al ministro Ghezzi, es su perfil académico. Y esto se vio reflejado en su presentación, en la cual hizo énfasis en que su plan de diversificación productiva no supone crear protecciones o subsidios para sectores específicos ni dirigir el desarrollo industrial como aquellos desastrosos experimentos de los años 70 –lo cual es una buena noticia–. Al igual que los ministros Segura y Gallardo, coincide en la importancia de invertir en infraestructura y promover la simplificación administrativa. En ese sentido, humildemente reconoció que el gobierno se equivocó al sobreregular algunos casos, como con la ley de seguridad y salud en el trabajo.
José Gallardo, ministro de Transportes y Comunicaciones: abrió el CADE con un discurso adecuado en el que reafirmó el compromiso del gobierno con la inversión privada para cerrar la brecha de infraestructura. Esa misma noche, en Canal N, Gallardo profundizó en la gran cantidad de iniciativas privadas de infraestructura que el gobierno tiene en cartera. Es positivo ver a un ministro que no solo entiende la necesidad de impulsar un sector tan complejo, sino que está verdaderamente comprometido con ejecutar obras de gran envergadura para fortalecer la economía. Ahora, no hay que pasar por alto que estamos por terminar el año y su sector solo ha ejecutado el 64% de su presupuesto de inversión.
Jaime Saavedra, ministro de Educación: fue la estrella del CADE con una presentación impecable que mereció una ovación de pie de los asistentes. El ministro graficó claramente la situación de precariedad de recursos que hoy atraviesa el sector: el salario de los profesores es un tercio de lo que era en la década de los 60. En Chile, por ejemplo, los profesores ganan 2,5 veces lo que en el Perú y en la OCDE 4 veces. Por otro lado, explicó que el 30% de colegios no tiene electricidad, 75% no tiene Internet y 40% no tiene agua. En cuanto a lo que se está haciendo, el ministro Saavedra puso énfasis en la necesidad de promover la meritocracia para generar eficiencia. Asimismo, declaró la importancia de involucrar al sector privado y, por ello, resaltó que existe una cartera de S/.1.800 millones en APP y de S/.250 millones en obras por impuestos.
Daniel Urresti, ministro del Interior: muy a su estilo –con bromas y risotadas– se dedicó básicamente a enunciar una serie de operaciones y cambios realizados en su sector. En ningún momento dio señales de la existencia de una visión estratégica sobre cómo enfrentar el problema de la inseguridad. Esta carencia se hizo más evidente por la brillante presentación del ex general de la policía colombiana Óscar Naranjo. El ministro Urresti tampoco dio cifras que permitan evaluar la evolución del combate contra la delincuencia. Incluso señaló que en tres meses habían batido todos los récords de decomisos de insumos químicos, pero que no iba a dar cifras para que no lo criticaran. Lo rescatable de su presentación fue el anuncio de que se busca que la parte administrativa de la PNP la manejen civiles expertos y no, necesariamente, policías. Finalmente, y para no perder la costumbre populista prometió al auditorio que en verano iba a poner más policías en Asia.
A pesar de que la capacidad ejecutora del gobierno aún deja dudas, da tranquilidad ver que algunos ministros tienen prioridades claras y programas de acción concretos y que, además, existe una sinergia entre ellos. Lo anterior contrasta claramente con la intervención alborotada del ministro Urresti.