La marcha atrás, en menos de 24 horas, del candidato de Todos por el Perú (TPP), Julio Guzmán, respecto de su idea de no mantener la ley de consulta previa en un gobierno suyo, ha puesto sobre el tapete el asunto de los postulantes presidenciales que se retractan: una práctica más común de lo que se cree, pero que en este caso ha llamado especialmente la atención por provenir de un personaje que acababa de salir del rubro ‘otros’ en las encuestas.
En efecto, a pesar de que su plan de gobierno ofrece la “identificación de los procesos de consulta previa que se encuentran trabados” y la “generación de condiciones para su viabilización”, en un programa dominical, Guzmán dijo sobre la ley en cuestión: “No la voy a mantener. No la vamos a implementar porque se puede prestar a manipulación para ir en contra de quienes pretendemos defender”. Y ayer, en una nueva entrevista televisiva, después de haber sido severamente criticado por esa primera contradicción y escudándose en que ella había sido producto de que “seis personas le preguntaban una serie de cosas” y no le daban “espacio para responder”, volvió a contradecirse. “Yo creo en la consulta previa”, dijo. “Lo que vamos a hacer es que la implementación sea buena”.
Pero la verdad es que, entre los aspirantes al sillón presidencial, Guzmán no está solo en el cultivo del trabalenguas. ‘Nano’ Guerra García, la carta de Solidaridad Nacional en estos comicios, también acaba de enmendarse la plana a sí mismo a propósito de la unión civil. En octubre del año pasado, él respondió a una pregunta de este Diario sobre el tema afirmando: “No creo que nadie tenga que intervenir en que dos personas se quieran unir y quieran proteger su patrimonio”. Y en cambio, hace apenas cuatro días, escribió en su cuenta de Twitter: “Estoy en contra de la unión civil y como la gran mayoría de los peruanos pido respeto a la familia natural”.
Cuestionado por la evidente contradicción, además, alegó: “He estado en organizaciones en las que se me pidió determinadas posiciones”. Una explicación que no lo hace lucir más coherente y que, en última instancia, plantea dudas sobre si el origen de la posición que ahora sostiene es personal o partidaria.
El decanato de las retractaciones entre los postulantes a la presidencia, no obstante, lo ostenta Pedro Pablo Kuczynski, quien incursionó por primera vez en el género con ocasión de la aprobación de la ‘ley pulpín’ en el Congreso. Como se recuerda, PPK respaldó en un principio la iniciativa y luego, en curiosa coincidencia con la impopularidad que la misma ganó en las calles, se echó para atrás, arguyendo que cuando le habían pedido originalmente su opinión al respecto, él estaba en Nueva York, en medio de la nieve, y no se oía bien…
Ya más recientemente, el candidato de Peruanos por el Kambio ha renegado también del respaldo que le brindó a Keiko Fujimori en la segunda vuelta del 2011. “Me equivoqué al apoyar a Keiko, sin duda”, dijo a principios de este mes. Sin embargo, para cualquiera que haya visto los videos de la manifestación en la que PPK expresó ese respaldo, resulta claro que aquello no fue apresurado ni a regañadientes.
Para terminar con esta enumeración, no podemos dejar de mencionar su última retractación respecto de lo que sugirió días atrás durante un recorrido por el emporio de Gamarra. “No es posible que la ropa venga en costales sin salvaguardias”, clamó en esa ocasión en referencia a las baratas importaciones chinas de textiles y deslizando que un gobierno suyo aplicaría las mentadas medidas proteccionistas para favorecer a los productores locales de confecciones (en desmedro de los consumidores, que tendrían que pagar más por esas prendas)
En la entrevista que publicó El Comercio este domingo, sin embargo, PPK señaló que él quiso referirse a la ropa usada y que Mercedes Aráoz le hizo ver después que se había equivocado de palabra. Pero –aparte de que el proteccionismo contra la ropa usada no es mejor que el proteccionismo contra los textiles nuevos– ¿es verosímil que un economista y dos veces titular del Ministerio de Economía y Finanzas no sepa lo que son las salvaguardias?
La verdad, en cualquier caso, es que la común idea de que los candidatos articulan fundamentalmente discursos que tienen que ver más con su afán de llegar al poder que con alguna convicción tiende a verse confirmada por conductas como estas, que los retratan de cuerpo entero.