Editorial: De vuelta al recreo
Editorial: De vuelta al recreo

La proliferación de propuestas poco o nada sustentadas ha sido una constante en la campaña electoral en curso. Muchos candidatos en contienda han acudido a los ofrecimientos populistas, atractivos para un segmento del electorado, sin acompañar tales promesas con el respectivo sustento de su necesidad y viabilidad.

Llama la atención, sin embargo, la frecuencia con la que el candidato Pedro Pablo Kuczynski recurre a esta estrategia, pese a que las propuestas y sustentos de su plan de gobierno han sido positivamente valorados por organizaciones como Contribuyentes por Respeto y el Instituto de Defensa Legal.

El domingo pasado, por ejemplo, el postulante de Peruanos por el Kambio (PPK) manifestó en una entrevista estar considerando la creación de un ministerio enfocado en la juventud y el deporte, y otro para impulsar el turismo. 

Estas declaraciones sorprenden sobremanera, pues provienen del mismo candidato que, meses atrás, criticó al también candidato Alan García por plantear un ministerio para la juventud. No se entiende por qué dicha propuesta pasó de ser demagógica a una buena idea en siete meses, y solamente se explica por la intención de atraer a los cerca de 7 millones de jóvenes de entre 18 y 29 años que votarán en estos comicios. 

“Crear ministerios –como bien apuntaba Kuczynski hace unos meses– no soluciona problemas”. Por el contrario, probablemente profundizan otros, como el aumento del gasto fiscal, la lentitud en la ejecución de políticas públicas, y el incremento de la discrecionalidad burocrática, pasillo de entrada a un problema mucho más grave: la corrupción.

Más aun, si bien el plan de gobierno de PPK tiene secciones dedicadas al deporte y el turismo, así como propuestas para el desarrollo y bienestar de la juventud, nada dice sobre la creación de nuevos ministerios para alcanzar estas metas; ni se justifica tal idea cuando actualmente contamos con el Viceministerio de Turismo y el Instituto Peruano del Deporte –que cuenta con rango ministerial– para cumplir las funciones que serían encargadas a estas nuevas carteras.

El efecto que tienen estas propuestas sacadas como del sombrero de un mago es que dejan más dudas que soluciones. ¿Qué problemas afrontará el nuevo ministerio que no atienden las entidades existentes? ¿Qué facultades tendrá? ¿De dónde se obtendrá el financiamiento para cubrir sus costos?

La falta de sustento también se evidencia en otras afirmaciones que hizo el señor Kuczynski en la misma entrevista. El candidato propuso fusionar algunos ministerios: “Pensamos que todo lo que es infraestructura: vivienda, transporte, comunicación y agua potable, todo lo que tiene que ver con lo mismo [debe ir] en un solo ministerio”. Lo que obvió explicar es cómo dos carteras que apuntan a sectores distintos funcionarían en conjunto. Salvo que se trate de un burdo ejercicio aritmético para compensar el incremento burocrático que él mismo proponía. Si vamos a crear dos ministerios, fusionemos otros dos. El sustento de ambas medidas, lamentablemente, no entran en la operación matemática.

También parece un poco de maquillaje su idea de que cada ministerio tenga un secretario general “en vez de los viceministros que entran y salen con cada nube o lluvita que hay”. Ello porque todos los ministerios ya cuentan con un secretario general, y porque nada asegura que reemplazar a un viceministro por un secretario general impida la rotación de funcionarios que pareciera preocuparle.

Las inconsistencias descritas, en fin, reflejan las falencias típicas de las propuestas aventuradas que se lanzan únicamente con fines electoreros. Si en verdad se acabó el recreo como postula el lema de campaña de PPK, deberíamos exigir a su candidato que deje de lado los juegos populistas y trate con más seriedad a los electores que quiere atraer, por más jóvenes que estos sean.