Editorial El Comercio

Hace ocho años, el (Mininter) activó un mecanismo que en todo el mundo ha funcionado para lograr la captura de los delincuentes más buscados: la oferta de atractivas recompensas a quien proporcione información valiosa para ese fin. En realidad, el programa existía, pero estaba enfocado sobre todo en los cabecillas terroristas. En el 2016, en cambio, la idea fue acercarlo a la vida cotidiana de la gente y masificarlo. Es decir, hacerlo extensivo a criminales que afectaban y afectan a los ciudadanos directamente.

Los resultados no se dejaron esperar. En los años siguientes, de acuerdo con datos recogidos por la Unidad de Periodismo de Datos de El Comercio (), 1.591 de los delincuentes más buscados –esto es, un 66% de ellos– fueron capturados gracias al soplo de un informante. Hasta el día de hoy se han entregado 1.370 recompensas a informantes que participaron en la iniciativa, lo que cubre un 85% de los casos en los que esa colaboración se produjo. Pero en un 15% de ellos (222 en números exactos), y los esfuerzos de este Diario por conocer la explicación de tal circunstancia no han obtenido respuesta del área de imagen del Mininter. Lo que sí obtuvieron, más bien, fue una publicación del ministerio en sus redes sociales acusando a este Diario de propalar noticias falsas, pese a que la información utilizada en el reportaje en mención proviene de los propios datos del sector hasta setiembre. Para más detalle, el equipo de EC Data solicitó una entrevista con el Mininter para hablar de este tema, pero no le fue concedida.

No queda claro, por otro lado, si estos problemas con los pagos guardan relación que ha sufrido en los últimos años el programa. De hecho, un informante que asegura haber colaborado en la detención de la acusada por tráfico de drogas María Carolina Paucarcaja, en febrero, ha denunciado que no se le ha entregado el premio ofrecido. Lo cierto es que, a excepción de lo ocurrido durante la pandemia, el año pasado y este han sido los peores en materia de recompensas entregadas desde que el programa se inició. Y no es que la criminalidad haya disminuido en el país… ¡Todo lo contrario!

¿Qué es lo que ha motivado, entonces, el retroceso en la aplicación de un programa tan exitoso en medio de una situación de emergencia de la lucha contra el crimen como la que vivimos? ¿Desidia? ¿Ineficiencia? ¿Falta de recursos?

El Mininter y, en particular, su titular, , tienen la palabra, pero la sensación general es que aquello que se perseguía y se buscaba algunos años atrás ya no se busca.

Editorial de El Comercio

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