Editorial El Comercio

En momentos nacionales complicados, cuando la parecía haber perdido el rumbo y también las respuestas que debe a la ciudadanía, ha habido instituciones que históricamente han tenido el deber de contribuir para reencauzar el debate. Las , los profesionales y las organizaciones de trabajadores y empresarios se cuentan entre estas. Pero es muy probablemente la la principal llamada a orientar a la población en situaciones de confusión y descrédito generalizado.

En tal rol, la responsabilidad que tiene es significativa. La celebración de sus 185 años de historia debe servir también para reflexionar sobre el papel que juega en la provisión de información veraz, la formación de opinión y el fomento del debate informado.

En paralelo con el cumplimiento de nuestro deber de informar las minuto a minuto, desde este Diario hemos insistido en poner atención a los problemas más urgentes y serios que enfrenta la ciudadanía. Desde formatos y espacios distintos, El Comercio encabeza discusiones sobre o , y lo hace con la seriedad y los valores que son el sello de su historia.

Este papel es relevante en cualquier circunstancia, pero lo es mucho más en las actuales. “Orden, libertad y saber” fue el lema inicial de este Diario, y sobre esos ideales –difíciles y siempre en construcción– aspiramos a mantener informado a un país hoy más dividido que antes. De cara a las que empezarán a calentar motores el próximo año, son justamente con estos valores que se deben trabajar puntos de encuentro de buena fe.

Las opiniones discrepantes –cuando son respetuosas y basadas en la realidad– son siempre bienvenidas en nuestras páginas. Lo que no se puede es construir un diálogo en el que cada grupo parte de hechos fabricados u opiniones que tergiversan la realidad para beneficio propio. Así, las siempre han llegado con el riesgo de manipulación de la información a gran escala; en los tiempos actuales, esa es casi una garantía. En este esfuerzo por ordenar la información, la credibilidad de los es indispensable para ayudar a diferenciar la señal del ruido, la opinión informada de la superficial y la verdad dura de la mentira seductora.

Causas comunes como el fortalecimiento de las , la mejora de la provisión de , la reducción de la y el , y el combate a la tienen muchas más chances de unir a la que de desunirla, sobre todo cuando se comunican de manera honesta y profesional. Esa aspiración guía y seguirá guiando la del Diario. En los últimos tiempos, se ha visto un esfuerzo inusitado por dividir y antagonizar a grupos ciudadanos que, en el fondo, tienen mucho más en común de lo que hacen pensar las discusiones actuales. Reencontrar y poner en valor esos puntos es una tarea pendiente.

En este esfuerzo sincero habrá errores, pero desde estas páginas nos comprometemos siempre a minimizar su ocurrencia, resarcir el daño en la medida de lo posible y aprender de ellos. La trayectoria de El Comercio nos compromete a seguir mejorando para contribuir con el país, que en estos momentos está desorientado, y alcanzar los ideales que motivaron la fundación de este Diario 185 años atrás.

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