Editorial El Comercio

Ningún gobierno puede depender solo de encuestas para tomar decisiones, pero ignorarlas sin siquiera pararse a mirarlas también es un error. Y si bien la presidenta no parece tener los reflejos políticos necesarios para levantar su popularidad (de 6%), al menos podría tener el tino de pasar al retiro a los miembros más cuestionados de su equipo.

Sin embargo, la mandataria no parece escuchar lo que la ciudadanía tiene que decirle. Según la encuesta de Datum Internacional publicada ayer en este Diario, cuatro de cada cinco ciudadanos opinan que, titular del Interior, debió ser separado del cargo aprovechando la renovación de otros ministros que efectuó la mandataria casi dos semanas atrás. Santiváñez no solo está envuelto en escándalos personales –su participación, que él niega, en audios que probarían un encubrimiento al prófugo Vladimir Cerrón desde Palacio de Gobierno y que han motivado una investigación del Ministerio Público–. Más importante aún, su desempeño frente a la creciente inseguridad ciudadana ha sido pobre. De acuerdo con el mismo sondeo, un 86% de los ciudadanos se siente inseguro en las calles de su ciudad y más de la mitad conoce a alguien que ha sido víctima de extorsión. Cifras bastante elocuentes.

Si Santiváñez efectivamente tiene algo que ver con la incompetencia de la policía para capturar a Cerrón, no estaría –por supuesto– actuando solo. A la pregunta sobre el motivo por el que el líder de Perú Libre todavía no ha podido ser aprehendido tras 11 meses de búsqueda, el 55% de los encuestados responde que ello se debería a que el Gobierno lo estaría protegiendo. A mediados de agosto, como se recuerda, el propio Santiváñez tuvo la ‘delicadeza’ de avisar públicamente que ya conocían el paradero del exgobernador de Junín, dándole un aviso al prófugo de que iban por él.

La presidenta parece pensar que la opinión ciudadana no es relevante para su gestión. Ello es un serio error. Quedan todavía casi dos años para el cambio de mando y necesita legitimidad en ministerios claves. Por supuesto, todavía está a tiempo de empezar a cambiar esa imagen. Lo que está en duda es su interés por hacerlo.

Editorial de El Comercio

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