Siempre vale la pena escuchar lo que el presidente del Banco Central de Reserva, Julio Velarde, tiene que decir sobre la situación económica del país. Sus opiniones son acertadas y su capacidad para criticar las acciones del Gobierno y del Congreso cuando corresponde es una cualidad que en estos momentos resulta refrescante. Ello, principalmente, debido a que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha ido perdiendo influencia tanto ante el Parlamento como en el interior del Ejecutivo, a tal punto que en los últimos años hemos visto a sus titulares en actitudes que van desde la negación de la gravedad del panorama económico local hasta el sometimiento a la agenda destructora de los legisladores.
Dos días atrás, Velarde participó en el XV Simposio de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía y justamente se refirió a la situación del MEF en la actualidad. “Hay que recuperar nuevamente el impulso a la inversión privada, hay que recuperar nuevamente el manejo técnico. Recuerdo cuando Pedro Pablo Kuczynski de ministro, no de presidente, le dice al Congreso: ‘Están causando mucho revuelo económico’ y el Congreso se plegó atrás. Ahora, si el ministro [lo dice], lo censuran. Es una cosa completamente distinta”, explicó.
“Desde el 2015, creo que cuando Ollanta [Humala] perdió mayoría en el Congreso, el Ejecutivo dejó de influir de esa forma. De allí salió el [retiro del] 95/5 de pensiones y varias cosas parecidas. En los siguientes años hemos tenido un proceso de deterioro y particularmente con los últimos dos Congresos. Uno manda opiniones técnicas (el MEF, la SBS, los gremios) y ni siquiera discuten, citan o responden a los comentarios técnicos”, añadió poco después. Sus palabras deben haber caído como baldazos de agua fría tanto en el MEF como en el Congreso, pero nada de lo que Velarde ha dicho es exagerado o impreciso.
Por el lado del MEF, es evidente que hoy está muy lejos de tener el peso que tuvo hace apenas una década. Ello, porque el Gobierno parece empecinado en no ponerle frenos a los apetitos populistas de los parlamentarios, ni siquiera a intentarlo. Recordemos si no la patética explicación que dio el ministro de Economía y Finanzas, José Arista, el mes pasado para justificar que el Ejecutivo no observara el séptimo retiro de los fondos privados de pensiones porque era “una batalla casi perdida”.
Y en el caso del Congreso, desde hace ya un buen tiempo que sus integrantes no se detienen ni un minuto a escuchar las observaciones técnicas que los entes especializados les hacen llegar sobre los riesgos de aprobar tal o cual iniciativa. Las piden, eso sí, por puro formalismo, pero tras recibirlas las colocan dentro de los proyectos y terminan por sacarlos adelante de todas formas sin tomarlas en consideración. De hecho, este Diario encontró que casi la mitad de las 347 leyes aprobadas en el pleno durante la legislatura 2022-2023 salieron adelante pese a tener comentarios técnicos en contra.
Consultado ayer sobre los dichos de Velarde, el ministro Arista quiso dárselas de ingenioso y le pidió al titular del BCR que “ojalá no se equivoque tanto” en las proyecciones que ha dado para este año. Ni una pizca de autocrítica que, a decir verdad, encaja perfectamente en un gobierno que ya ha demostrado con el Consejo Fiscal que detestan que le llamen la atención sobre la forma cómo vienen manejando la economía nacional.
Ojalá que la crítica certera de Julio Velarde a la actitud timorata del MEF y al afán populista del Congreso motive una reflexión seria entre sus miembros. Aunque, como bien sabemos, no hay peor ciego que el que no quiere ver.