Editorial El Comercio

Un publicado el pasado fin de semana por Martin Hidalgo en este Diario reveló que el congresista de Perú Bicentenario , entonces voceado y hoy flamante presidente de la Comisión de Educación del Parlamento, no cumplía el perfil para ese cargo. Esto porque su formación académica –abogado– no coincide con la temática del grupo de trabajo que encabezará, tampoco ha presidido ninguna comisión legislativa en el pasado y no ha presentado proyectos de ley relacionados con el sector educativo. Sin embargo, no son estas las razones por las que su designación ha levantado revuelo, sino por otras que son mucho más graves.

Balcázar ha destacado por sobre sus colegas por sus aberrantes declaraciones para oponerse al proyecto de ley que busca prohibir el matrimonio infantil en el territorio nacional. Como sabe cualquier persona con un mínimo de conocimiento sobre el tema, las uniones entre hombres adultos con niñas y adolescentes en el (que constituyen el 98% de los matrimonios con menores de edad registrados por el Reniec en la última década) terminan siendo, en buena cuenta, una manera de enmascarar un abuso sexual que al final solo duplica el sufrimiento de la víctima. También son un freno para el desarrollo de las menores de edad, pues lastran su crecimiento profesional, perpetuando las desigualdades de género y volviéndolas económicamente dependientes de sus maridos.

El dictamen que busca proscribir esta atrocidad fue aprobado por la Comisión de Justicia en julio, pero el legislador Balcázar mostró su disconformidad con la propuesta porque, según dice, “las relaciones sexuales tempranas ayudan al futuro psicológico de la mujer”. “En esas edades [entre los 14 y los 18 años], la sexología y la ciencia han demostrado que es una relación natural de personas que ya tienen la facultad para la reproducción”, añadió posteriormente. Aseguró, asimismo, que existen estudios científicos que respaldan su postura, pero cuando la prensa se los ha requerido no ha podido mostrarlos.

Como ha demostrado la Unidad de Periodismo de Datos de este Diario (ECData), cada año se registran en promedio 27 uniones con menores de 16 años en nuestro país (la legislación actual estipula que el mínimo para contraer matrimonio es de 14). En el colmo de la obscenidad, sin embargo, Reniec ha registrado en la última década al menos seis uniones de niñas entre los 11 y los 13 años; algo abiertamente ilegal. Hablamos del mismo país, además, en el que cada hora seis adolescentes de entre 15 y 19 años se convierten en madres, normalmente luego de pasar embarazos de riesgo, y donde el año pasado se registraron nada menos que 2.432 denuncias por abuso sexual contra menores de edad en colegios –Balcázar, como sabemos, presidirá la Comisión de Educación–; en la mayoría de los casos, el agresor era personal del centro educativo.

Pero los problemas con el parlamentario de Perú Bicentenario no se agotan allí. En el 2021, fue denunciado ante el Ministerio Público por presuntamente haberse apropiado de más de un millón de soles del Colegio de Abogados de Lambayeque, donde fue decano entre el 2019 y el 2020. Añadido a ello, el hoy congresista fue destituido como juez superior por el entonces Consejo Nacional de la Magistratura en el 2006 por haber actuado de manera contraria a la normativa vigente al anular una resolución que había adquirido la calidad de cosa juzgada. Y fue objeto de una denuncia elevada por la OCMA al Ministerio Público por presunto enriquecimiento ilícito que fue desestimada en el 2020. Finalmente, Balcázar fue cuestionado en noviembre pasado por contratar como asesor en su despacho a un magistrado que lo absolvió a finales del 2021 en un proceso que se le seguía en Lambayeque por difamación.

Con toda esta información sobre la mesa, queda claro que la designación del congresista Balcázar como presidente de la Comisión de Educación del Parlamento es incomprensible. Y arroja más preocupación sobre un sector que se ha visto afectado en los últimos años por una serie de intentos que amenazan con echar por tierra los esfuerzos por instaurar la meritocracia en su seno; muchos de ellos, todo hay que decirlo, provenientes del propio Congreso. La elección de Balcázar solo parece seguir esa misma línea.

Editorial de El Comercio

Contenido Sugerido

Contenido GEC