Editorial El Comercio

La cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico () que empieza hoy en Lima es de enorme importancia. Se reúnen en nuestra capital 21 economías globalizadas que representan a casi la mitad del comercio internacional y a más del 60% del PBI mundial. Han confirmado su asistencia , un número que supera el alcanzado en las otras dos ocasiones en las que fuimos anfitriones del evento. Como se sabe, para el APEC CEO Summit se recibirá, además, a de las organizaciones privadas más grandes del planeta, como JP Morgan y TikTok, entre otros.

Sobre la relevancia de la cumbre en general, sin embargo, ya hemos reflexionado días atrás . Queremos ahora, más bien, detenernos en el significado de algunas de las visitas. Específicamente, las de , presidentes de las dos mayores potencias económicas del momento: Estados Unidos y China. Biden está a dos meses de terminar su mandato y su sucesor, , ha despertado fundadas preocupaciones por la posibilidad de que ponga trabas al comercio internacional e inaugure una etapa de proteccionismo en el planeta. Por lo que la concurrencia del mandatario saliente puede ser interpretada como una voluntad del Estado al que representa de conservar los términos de la positiva vinculación comercial que mantiene con nuestro país e incluso extenderla.

También tenemos la llegada de Xi Jinping, máxima autoridad de nuestro principal socio comercial. Su visita, como se recuerda, tendrá como acontecimiento central su participación en la inauguración del , lo que seguramente marcará un punto de inflexión en la historia comercial del Perú. Hablamos de un terminal portuario estratégicamente ubicado en este lado de la cuenca del Pacífico, con capacidad para recibir buques de hasta 400 metros de largo y 60 de ancho, y de almacenar hasta 18 mil contenedores. No en vano su primera etapa de construcción ha supuesto una inversión de US$1.300 millones.

La trascendencia de la presencia de estos dos invitados en el evento, no obstante, no debe llevarnos a ignorar el peso de otros países asistentes de los que también podemos aprender mucho y beneficiarnos económicamente. Nos referimos concretamente a Japón, cuyo primer ministro, Ishiba Shigeru, publica hoy en nuestra sección de Opinión, y a Corea del Sur. Pero también a otros invitados relevantes como el presidente chileno, Gabriel Boric; la primera ministra tailandesa, Paetongtarn Shinawatra; el primer ministro neozelandés, Christopher Luxon; la directora del FMI, Kristalina Georgieva; el sultán bruneano, Hassanal Bolkiah; y muchos otros.

Estamos, en suma, ante una cumbre que merece plenamente ser llamada así.

Editorial de El Comercio

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