Diremos a nuestros lectores que los telegramas que recibimos de diversas capitales europeas, presagian una inminente guerra en el Viejo Mundo. Se dice que a raíz del ultimátum de Austria a Serbia, la independencia de este último país está perdida. Desde Londres informan que son muy pesimistas respecto a la contestación de Serbia y consideran la guerra inevitable. Añaden que ésta se declarará en cualquier momento. Desde Viena se anuncia que Austria ha movilizado a todos sus reservistas y su ejército está en pie guerra. El zar de Rusia, Nicolás II, está reunido con sus consejeros.