Con el avance de la construcción en nuestra capital que empieza a extenderse principalmente hacia el sur, muchos establecimientos que antaño estaban localizados en el centro de la ciudad ahora se han retirado hacia la periferia. Allí quedan, por ejemplo, tambos, corrales para mulas y caballos, talleres para herrar a los equinos, fábricas de coches o talleres para repararlos, etc. Por eso, nos llama la atención la permanencia del establo de la calle Sandia 183. Allí se vende la leche al pie de la vaca o se conserva caliente hasta que llega al domicilio del comprador.