Según fuentes confiables, el 80% de los submarinos alemanes ha sido destruido, especialmente durante los dos últimos meses se ha producido el mayor número de hundimientos. En ese tiempo han sido destruidos 68 submarinos germanos y, lo más grave, es que mayoritariamente han perecido todos los tripulantes. Los astilleros alemanes solo pueden construir tres submarinos mensuales. A esto se añade que las tripulaciones, aunque son valientes y bien preparadas, se encuentran bajo fuerte presión emocional, pues sus jefes no pueden ocultarles la muerte de decenas y decenas de sus camaradas. Tripular un submarino alemán es ahora correr un riesgo muy grande de perder la vida ahogado en lo más profundo del mar.