El gorrero no puede clasificarse, actúa en todas las esferas, pone en práctica todas las audacias, ejercita todos los medios posibles para llegar a su fin. Deja descendencia y con ello se cumple eso de “genio y figura hasta la sepultura”. Lo importante es no trabajar y vivir a costa de los demás procurando no privarse de nada. Se gorrea el pasaje del tranvía, la butifarra que come un amigo o conocido, se enamora a una muchacha hasta convertirse en “amigo de la casa” y entonces se gorrea almuerzos y comidas.
H.L.M.