En Lima hay culto por las flores. Antaño se las amaba por su perfume o por el tamaño de sus pétalos, pero se ignoraba su significación espiritual. Su delicado simbolismo pasaba desapercibido, como si su perfume, sutil y enervante, al diluirse en el ambiente, hubiese anulado los sentidos. La misión de las flores en la vida era un secreto solo conocido por los poetas y los temperamentos extremadamente sensibles. Las limeñas enamoradas las consideraban como heraldos del amor, pero la mayoría de las gentes solo veía sus colores y belleza.
H.L.M.