En los círculos políticos alemanes la opinión dominante es que tendrán que firmar el Tratado de Paz. Personajes importantes de la industria añaden que “están forzados a firmar”, aceptando así las onerosas condiciones de paz que plantean los aliados. En un primer momento hubo una comprensible reacción del pueblo germano ante las durísimas condiciones del Tratado. Pero poco a poco la triste realidad invade los espíritus y solo los nacionalistas más exaltados siguen firmes en su protesta. La delegación que firmará el documento viaja a París.
H.L.M.