Recordarán nuestros lectores que informamos el año 1897 sobre “la fiebre del oro” que se había desatado en el territorio canadiense de Yukón, lugar al que acudieron miles y miles de personas de todas las nacionalidades anhelosas de conseguir el dorado metal. Fueron famosos los lavaderos llamados Bonanza y El Dorado. Se ha trabajado tanto esos veneros que ahora están exhaustos. Sabemos que las inmensas dragas ahora han sido embarcadas con destino a Seattle. Se calcula que solo el Alto Valle de Yukón produjo 200 millones de dólares. Todo termina.
H.L.M.