Las laberínticas cuevas de vinos de Reims y de Epernay están siendo restauradas rápidamente después de haber estado durante cuatro años bajo el fuego de las artillerías aliada y alemana. Las cuevas forman en total una galería subterránea de más de sesenta millas y contienen infinidad de millones de botellas de vino de primera calidad. Pese a que las pérdidas sufridas durante la conflagración bélica fueron enormes, el vino francés se repone rápidamente. Se cree que alemanes y aliados sustrajeron de las cuevas más o menos dos millones de botellas.
H.L.M.