Como se sabe, todos los años al iniciarse la temporada veraniega en Lima, se siente con mucha mayor razón la necesidad de acudir a los baños públicos de la capital para mitigar la fuerza del calor. Desgraciadamente, para la numerosa población limeña solo hay cinco establecimientos de baños, dos para el pueblo y tres para los particulares, que paradójicamente tienen escasa concurrencia. Frecuentan estos baños las personas que por sus ocupaciones no pueden ir a los balnearios o aquellos cuya condición económica no les permite darse ese lujo.
H.L.M.