El presidente de Francia Paul Deschanel, ha presentado su renuncia. Ha perdido la razón. El mal que lo aqueja es muy parecido al que sufren los soldados que resultan lesionados anímicamente por las explosiones de los proyectiles. Físicamente no están heridos, sin embargo sus nervios están destrozados y pocos son los que logran recuperarse. Recordarán nuestros lectores que hace un tiempo Deschanel cayó en la oscuridad de la noche desde un tren y aunque salvó la vida ha quedado con la mente enferma. El Congreso francés elegirá a su sucesor.
H.L.M.