El Senado italiano dio el voto de confianza después de escuchar un vibrante discurso del llamado “Duce” por sus partidarios. Mussolini dijo que le agradaría recibir un voto unánime, pero no por ello se sentiría suficientemente halagado. Dirigiéndose a los senadores, que cambiando de actitud se habían puesto a su lado, les dijo que sentía por ellos el más profundo desprecio y que “a un amigo ambiguo prefería un adversario sincero”. Añadió que hubiera podido clausurar el Parlamento e instaurar la dictadura, pero que Italia no deseaba aventuras.
H.L.M.